Con solo cuatro ingredientes básicos y sin necesidad de pasar calor con el horno podemos preparar un bocado goloso y muy refrescante para endulzar un poco los días de verano. Solo hay que tener un pelín de paciencia con los tiempos del congelador, aunque si partimos de frutos rojos o frutos del bosque ya congelados, ahorraremos tiempo.
Al parecer es una receta viral que se ha popularizado en redes sociales angloparlantes como TikTok o Instagram, aunque no deja de ser una versión más de otros dulces que combinan yogur, fruta y chocolate, una mezcla que siempre funciona y que puede ser un capricho dulce ocasional mucho mas saludable y sencillo que los helados caseros.
Hemos usado moldes de silicona de magdalenas para hacer más fácil el formado y desmoldado, aunque se pueden hacer directamente formando las porciones sobre papel de horno antiadherente. Recomendamos usar un buen yogur tipo griego 100 % natural, que puede ser desnatado si es espeso, o tipo skyr. El chocolate, cuando mayor porcentaje de cacao, mejor.
Disponer los frutos rojos o bayas en un cuenco, troceando algunos si fueran muy grandes. Agregar el yogur y mezclar bien procurando no machacar demasiado la fruta. Si son congelados quizá tengamos que añadir un poco más de yogur. Procurar que quede una mezcla homogénea.
Distribuir en moldes de silicona antiadherentes o depositando montoncitos con una cuchara sobre papel de hornear encima de una bandeja. Congelar al menos una hora, mejor dos o tres si los frutos estaban frescos.
Trocear el chocolate y derretir al baño maría; añadir el aceite y combinar suavemente. Dejar templar un poco para que no esté muy caliente -que se pueda tocar sin quemarnos- pero que se mantenga líquido.
Preparar una bandeja con papel antiadherente de horno limpia. Desmoldar cada porción congelada y bañar en el chocolate, escurriendo el exceso rápidamente. Dejar sobre el papel y continuar con el resto de porciones. Volver a congelar hasta el momento de consumir.
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Con qué acompañar los bocados de yogur helado, frutos rojos y chocolate
Estos bocados de yogur están pensados para tomar en el postre o de merienda refrescante, o simplemente cuando nos apetezca algo más dulzón y fresco en pleno verano, aunque también en invierno serán un buen dulce a tener en cuenta que además no se nos derretirá en las manos tan rápido. Podemos darle un toque de sal en escamas o añadir frutos secos justo antes de que se seque el chocolate, aunque no es necesario.
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