El aguacate maduro es un ingrediente fantástico para preparar postres en los que buscamos cremosidad y un sustituto graso de otros ingredientes menos saludables. Es, por ejemplo, ideal para combinar con cacao y chocolate en dulces como un brownie, pero también podemos sacar a lucir su color verdoso en una tarta de aguacate y lima muy refrescante y de lo más nutritiva.
Las de este tipo de tartas que pretenden ofrecer una versión más sana de las típicas de masa quebrada, hojaldre o brisa, suelen pecar de exceso de dátiles o de resultar demasiado húmedas, sobre todo si son versiones crudiveganas. No queríamos renuncar al contraste más crujiente que caracteriza a estos pasteles, así que hemos adaptado esta receta sin añadir ningún endulzante. Opcionalmente puedes agregar vainilla si quieres darle un toque más aromático y menos neutro, que además combina bien con el coco.
Para el relleno puedes precindir del agar-agar o gelatina (aunque no lo hemos probado), pero entonces es imprescindible usar un yogur bien espeso y drenado, y dejar la tarta en refrigeración toda la noche. También puedes congelarla unas cinco horas y tejarla atemperar 20-30 minutos antes de servir.
Para hacer la base, precalentar el horno a 180ºC y engrasar o forrar con papel antiadherente un molde de tarta de unos 20 cm de diámetro, mejor si tiene el fondo desmontable y es de borde rizado.
Mezclar en un recipiente a mano o usando un procesador de alimentos la almendra, la avena, el coco, la chía, el huevo y dos cucharadas de aceite de coco virgen derretido u otro vegetal hasta tener una masa que se pueda presionar y moldear; debe ser húmeda pero no pegajosa. Si estuviera muy seca, añadir un poco más de aceite o agua fría. Opcionalmente, agregar también un poco de aroma de vainilla.
Echar en el molde y extender a mano o con una cuchara grande, procurando que quede una masa repartida de forma homogénea y regular, con un grosor similar en toda su superficie. Pinchar un poco con un tenedor, colocar un trozo de papel de horno encima, unos pesos de hornear (o legumbres o arroz seco) y llevar al horno 15 minutos.
Quitar los pesos y el papel y hornear unos 5-10 minutos más, hasta que esté dorada y firme. Dejar enfriar mientras se hace el relleno, o dejar de un día para otro.
Sacar la pulpa de los aguacates hasta tener unos 350 g, aproximadamente, y triturar con el zumo de una lima (unos 40-50 g) y un poco de ralladura fina. Disolver el agar-agar en dos cucharadas de agua, calentarlas 10-20 segundos en el microondas y remover bien. Opcionalmente, usar el doble de gelatina en polvo o el equivalente indicado por el fabricante en láminas.
Añadir al aguacate triturado el skyr o yogur, bien escurrido del posible suero, el agar-agar disuelto con el agua y edulcorante líquido opcional, al gusto. Cuidado que suelen ser muy concentrados en su poder edulcorante.
Una vez se tenga una crema homogénea y espesa, llenar la base de tarta ya enfriada, igualar la superficie con una espátula y refriferar, al menos, cuatro horas. Si se quiere una textura más firme o no se ha usado gelatina, congelar. Servir con más ralladura de lima.
Con qué acompañar la tarta de aguacate y lima
Perfecta para tomar de postre o merienda como capricho ocasional, esta tarta de aguacate y lima no necesita más acompañamiento que un café o infusión, pero podríamos tomarla también con unos frutos rojos frescos o unas hojas de menta o hierbabuena. Tampoco le iría mal un poco de chocolate 100% cacao rallado finamente, si eres muy chocolatero y te gustan los contrastes.
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