En las relaciones sexuales debería siempre primar una regla: todo vale pero con consentimiento mutuo. Cuando eso se cumple, los límites a explorar pueden ser infinitos. Pero si hubiese que añadir una segunda regla, esa podría ser la de la higiene. La limpieza de todos los implicados es, en principio, una base desde la que empezar a asegurar el disfrute.
Hay que tener en cuenta además que la higiene no solo influye en lo agradables que pueden ser las relaciones sexuales. También en su seguridad. Determinados hábitos pueden ayudar a reducir el riesgo de contagios de ETSs.
1. Orina siempre después
Es quizá el principal y mejor consejo que podemos darte respecto a la higiene y el sexo: orina siempre después de mantener relaciones, especialmente si eres una mujer, aunque es un buen consejo también para los hombres.
Durante el sexo, las zonas genitales de los participantes se encuentran muy cerca y se tocan (obviamente), y eso hace que las bacterias pasen de uno a otro. Algunas pueden introducirse por la uretra, proliferar allí y terminar causando una incómoda infección de orina. Para evitarlo, es de mucha ayuda orinar justo después de terminar, ya que eso expulsa las bacterias que hayan podido introducirse por este conducto.
2. La misma superficie no debe penetrar en ano y luego otros orificios
Como hemos dicho, el consentimiento mutuo es el principal factor a tener en cuenta a la hora de mantener relaciones sexuales. Pero justo después, y en consonancia con la higiene, debería ir tener cierta idea de lo que estás haciendo. Por ejemplo, es importante tener en cuenta que el ano y el recto están poblados de bacterias que no deben introducirse en otros lugares, como la vagina o la boca.
Por eso es importante que la misma superficie no penetre primero el ano y luego otros lugares. O bien lo haces en otro orden (el ano siempre al final) o bien cambias el preservativo que recubre el pene o el objeto introducido o te lavas las manos.
3. Al limpiarte, hazlo siempre de delante a atrás
Precisamente por el mismo motivo del punto anterior, porque las bacterias que puede haber cerca del ano no deben acercarse a la vagina, es importante que cuando vayas al baño, te limpies siempre deslizando el papel desde delante hacia atrás, es decir, de la zona vaginal a la anal.
Así reducirás el riesgo de infecciones de orina y de otro tipo al llevar las bacterias de un punto al otro.
4. Limpia adecuadamente tus juguetes y accesorios
Piensa que la mayoría de los juguetes sexuales están pensados para introducirse en el cuerpo, o para introducir en ellos partes del cuerpo y como tal, pueden ser un foco o punto de dispersión de infecciones.
Cuídalos adecuadamente, no los compartas y límpialos después de utilizarlos con agua y jabón, teniendo cuidado con aquellos que tienen algún circuito eléctrico para que no se mojen y se estropeen.
5. Utilizar duchas vaginales y otros productos parecidos
Es cierto que la correcta higiene de la zona genital es importante no solo para unas relaciones sexuales seguras, también para una buena salud en general. Pero eso incluye conocer cómo funciona la flora vaginal y qué necesita para mantenerse.
Se llama flora vaginal a las bacterias que viven de forma natural en esa parte de nuestro cuerpo y que necesitan unas correctas condiciones de temperatura, humedad y acidez para mantenerse estables. Cambios en esos parámetros pueden alterarla y hacer que o bien proliferen demasiado causando una infección bacteriana o bien se reduzcan demasiados y se produzca una infección por hongos entre otros posibles problemas.
Con la intención de favorecer su limpieza, algunas personas creen que es bueno utilizar productos de higiene llamados duchas vaginales que se introducen en el interior de la vagina, especialmente después de mantener relaciones sexuales. Pero esto no es una gran idea porque pueden alterar precisamente esas condiciones de las que depende la flora, y terminar causando esos problemas.
6. Utiliza preservativo en las relaciones de riesgo y esporádicas
Te lo hemos repetido hasta la saciedad, pero lo haremos tantas veces como haga falta: los anticonceptivos de barrera son los únicos que pueden protegernos de las enfermedades de transmisión sexual cuando mantenemos relaciones de riesgo o esporádicas. Los anticonceptivos hormonales, como la píldora, tienen una gran eficacia ante los embarazos no deseados cuando se utilizan correctamente, pero no actúan sobre el riesgo de ETS. Así que ya lo sabes: el condón es insustituible. Utilízalo.
7. Esto es un tema de dos
O de tres, o de cuantas personas estén implicadas en estas relaciones. El caso es que cuidar de tu higiene para protegerte de posibles ETS no es suficiente si tu acompañante o acompañantes no hacen lo mismo.
Por eso es una medida también de higiene tener una relación basada en la confianza en la que se pueda hablar de estos temas para asegurarte de que todos toman las medidas necesarias para cuidar su salud y la tuya.
Imagen | Unsplash