El ciclo indoor, comúnmente conocido como spinning, es una de las actividades colectivas clásicas en los centros deportivos. La practican personas de todas las edades y niveles de condición física, y genera adherencia en muchas de ellas. La motivación de la música y entrenar en un grupo con un monitor guiando la actividad hace que el ciclo indoor tenga numerosos beneficios para la salud física, mental y social.
El ciclo indoor es la vieja actividad dirigida que permanece, y por algo será
Spinning es una marca registrada, al igual que CrossFit o Zumba, por lo que en algunos gimnasios podemos ver la actividad colectiva como ciclo indoor, cycling u otros nombres. El funcionamiento de la sesión es muy sencillo: pedalear al ritmo de la música en una bicicleta estática modificando la resistencia del pedaleo.
El monitor diseña sesiones de nivel principiante, intermedio o avanzado en función del ritmo de la música y la intensidad que ofrece el volante de inercia al pedalear. Eso hace que cada sesión suba más o menos las pulsaciones y sea más o menos intensa.
El principal inconveniente del ciclo indoor, como en el resto de actividades colectivas, es que nos encontramos con grupos muy heterogéneos que realizan la misma sesión, por lo que para unos puede ser extremadamente intensa, mientras otras personas la encuentran muy fácil.
Ese inconveniente se elimina si los participantes saben modular correctamente la resistencia de la bicicleta para adaptarla a su nivel. De esa forma, una resistencia media para un atleta avanzado será más alta que una resistencia media para un principiante. Ambos entrenan con un la consigna de poner resistencia media, pero en realidad cada uno pone una resistencia ajustada a su nivel.
Dejando de lado los factores de riesgo como la regulación de la intensidad para grupos muy heterogéneos, así como una mala técnica o fallos de los usuarios, el ciclo indoor cuenta con numerosos beneficios para la salud.
Beneficios del ciclo indoor
VO2máx: mejora de la resistencia
El ciclo indoor es una actividad física en la que trabajamos principalmente la resistencia, aunque cuando la intensidad del pedaleo es alta estamos trabajando un alto componente de fuerza. El volumen de oxígeno máximo (VO2máx) es uno de los factores más importantes del nivel atlético en resistencia, además de estar asociado con la salud.
Al pedalear en las sesiones de ciclo indoor es posible mejorar hasta un 10% el VO2máx. Para lograr buenas adaptaciones, es necesario asistir dos o tres días por semana a la actividad, que suele tener gran aceptación y adherencia por la mayoría de participantes.
Hipertensión: reducción de la presión arterial
La hipertensión arterial es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. El ciclo indoor ayuda a disminuir la presión arterial después de unos meses de entrenamiento, existiendo investigaciones que han comprobado descensos del 12% de la presión arterial.
Una de las razones es la respuesta hipotensiva del ejercicio de cierta intensidad, que en las primeras semanas es transitoria (desciende después del ejercicio, pero luego vuelve a subir), y conforme avanzamos en el tiempo se va produciendo de manera crónica y se mantiene reducida.
Menos grasa y mejor perfil lipídico
Varias investigaciones han comprobado el éxito de programas que mezclan ciclo indoor y dieta en factores de riesgo como el colesterol y los triglicéridos, además del descenso de grasa acumulada.
Esta actividad es muy útil para gestionar adecuadamente la composición corporal, ya que ayuda a reducir la masa grasa, destacando la retención de masa corporal magra. Como hemos comentado anteriormente, el ciclo indoor introduce etapas con resistencia alta al pedaleo, con la que se trabaja la fuerza del tren inferior.
La fuerza y la ingesta adecuada de proteína son indispensables para mantener la masa muscular mientras perdemos masa grasa, por lo que el ciclo indoor podría conseguir ambas cosas. Eso sí, lo lograría en personas principiantes, ya que los avanzados en fuerza necesitan intensidades mayores.
A todo lo anterior le sumamos que el ciclo indoor puede ser eficaz para aumentar la densidad mineral ósea en piernas, pelvis, columna e incluso en brazos. Este dato es muy interesante para fomentar la participación de adultos mayores en el ciclo indoor, ya que es una actividad que se puede adaptar muy bien a dicha población, y con la que pueden obtener estos beneficios en masa corporal y ósea.
Beneficios mentales y sociales
El ejercicio físico produce mejoras físicas, pero también mentales y sociales. A nivel mental, el ciclo indoor libera sustancias como las archiconocidas 'hormonas de la felicidad' que nos ayudan a regular el estrés y la ansiedad. Está más que demostrado que practicar ejercicio físico es beneficioso para prevenir y tratar la depresión, así como para reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer.
En esos aspectos ayuda también la sensación de pertenencia a una comunidad al encontrarnos a diario con nuestros compañeros de entrenamiento. Tener vínculos con otras personas en actividades dirigidas mejora la salud social, evitando así sentimientos de soledad y fomentando estados de ánimo positivos.
Estos factores también están conectados con la salud física y mental, por lo que, como la rueda de nuestra bicicleta de ciclo indoor, se cierra así el círculo en el que todo está conectado.
No debemos olvidar que el entrenamiento de fuerza debe estar presente también en nuestras semanas de gimnasio, especialmente en el tren superior que no estimulamos en el ciclo indoor. Por lo tanto, lo ideal es dedicar también un tiempo a nuestras sesiones de fuerza para potenciar aún más todos los beneficios comentados en este artículo.
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