Así te ayuda un psicólogo cuando tienes una enfermedad crónica

Así te ayuda un psicólogo cuando tienes una enfermedad crónica

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Existen diferentes ramas sanitarias que confluyen en un mismo tronco: la salud y la enfermedad. Para tratar una enfermedad crónica es recomendable la unión de educadores físico deportivos, nutricionistas, fisioterapeutas, médicos, enfermeros y psicólogos. Estos son los beneficios de incluir a un profesional de la psicología en el tratamiento de una enfermedad crónica.

Una enfermedad crónica es aquella enfermedad o afección que por lo general dura 3 meses o más, y es posible que empeore con el tiempo. Las enfermedades crónicas casi siempre se presentan en adultos mayores y a menudo se controlan, pero no se curan. Los tipos más comunes de enfermedades crónicas son el cáncer, la cardiopatía, el accidente cerebrovascular, la diabetes y la artritis.

En función del tipo de enfermedad crónica y de su duración cobrará mayor o menor importancia abordar dicha enfermedad desde el prisma psicológico. Una enfermedad crónica puede ser leve, sin grandes efectos en la salud y desaparecer tras unos meses o años.

Por otra parte puede ser más grave, con síntomas que alteran nuestro estilo de vida y que no desaparecen, sino que va empeorando. En ambos casos nos podemos beneficiar de un apoyo psicológico, pero en los casos más graves y de larga duración es cuando se hace casi imprescindible contar con dicho apoyo terapéutico.

Emociones: intervención sobre la experiencia del sujeto a la hora de afrontar esa enfermedad

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Nuestros pensamientos evocan emociones, nuestras emociones dan lugar a acciones, y nuestras acciones provocan resultados (pensamientos-emociones-acciones-resultados). Es decir, nuestros resultados dependen de nuestras acciones, esas acciones están influenciadas por nuestras emociones que dependen en primera instancia de las emociones.

Abordar el tratamiento desde la raíz (el pensamiento), producirá un camino diferente (emoción-acción-resultados) que si esos pensamientos se dan de forma libre, sin un director de orquesta: el psicólogo.

Gestión y limitación de emociones negativas

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Entrar en un bucle de emociones negativas por el malestar de la enfermedad es un aspecto peligroso que debe evitarse, porque si llega ese momento quizá no seamos capaces de distinguir entre el malestar creado por la enfermedad en sí o por nuestras emociones negativas.

El psicólogo ayuda al sujeto a poner sobre el papel esas emociones, y a evaluar cuáles son los pensamientos que están añadiendo un malestar extra al que ya la enfermedad puede tener por sí misma.

Algunas de esas emociones negativas son el miedo a lo desconocido, la impotencia y frustración por "tocarme a mí", o una disminución de la autoestima. El tratamiento psicológico puede detectar cuál de estas emociones aparece, y abordarlas de forma profesional.

Alejarnos de la nostalgia y del ¿y si...?

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Vivir en el pasado nos crea nostalgia y hacerlo en el futuro nos puede provocar ansiedad. Es por ello que el mejor momento en el que centrarse es el presente, alejándonos así de la nostalgia por lo bonito que ha sido todo hasta la enfermedad, y de la ansiedad por un futuro imaginado.

Una vez se recibe la noticia sobre la enfermedad crónica es común dejar el presente y vivir en el pasado y el futuro. El tratamiento psicológico potencia poner el foco en el aquí y el ahora, y vivir lejos del "¿qué hubiera pasado si...?" o del "¿que pasará cuando...?"

Prevención de la aparición de algún trastorno mental de mayor gravedad

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Sabiendo que lo que pienso cuando algo me ocurre es el primer paso hacia el resultado final, adoptar pensamientos negativos que alteren la realidad puede desembocar en último lugar en trastornos que agraven la enfermedad crónica como depresión, trastorno en la alimentación, etc.

El psicólogo es el jardinero que cuida y riega las raíces de las que brotarán el tronco y las ramas. Sin ese "jardinero" que se centre en las raíces, el tronco y las ramas crecerán de igual forma, pero sin un control sobre ellas. Puede que no haya mayor problema, pero puede que se tuerza y sea más complejo abordar después el enfoque "desde la raíz".

Comportamiento: intervención sobre las conductas del sujeto que pueden reforzar la enfermedad, o ayudar a debilitarla

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Un estado crónico de ansiedad y angustia puede agravar aún más la sintomatología y los efectos de la enfermedad. Al igual que un pensamiento finalmente desencadena un resultado, el profesional psicológico puede ayudar e invitar al paciente a que empiece la cadena a la inversa (resultados-acciones-emociones-pensamientos).

Es la doble vertiente en la que un pensamiento puede hacernos reír, o al revés: podemos reírnos primero y desde ahí evocar emociones y pensamientos positivos. Tratamientos como la risoterapia son ejemplos de ese cambio en el orden de la cadena, y como puede ayudarnos en la enfermedad crónica.

Estilo de vida acorde a la realidad de la enfermedad crónica

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La enfermedad crónica es una realidad, y debemos darle la importancia que merece, pero en muchas ocasiones se infravalora o se sobredimensiona. La psicoterapia conduce al sujeto hacia la realidad de la enfermedad, dándole la importancia que tiene, pero siendo conscientes de qué podemos hacer y qué no podemos hacer con ella.

El psicólogo lleva a cabo esta función tanto con el paciente, como con su familia y círculo para que todos se coordinen en la misma dirección. El objetivo final es que el paciente acepte la enfermedad y viva con ella, evitando así una lucha continua con ella.

Encontrar y fomentar fuentes de ilusión y motivación

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Encerrarse en uno mismo y en una habitación es totalmente contrario a lo recomendado, pero es lo que puede surgir ante la enfermedad crónica. Un profesional que sepa guiarnos hacia el descubrimiento de nuevas experiencias acorde a nuestras posibilidades, nos ayudará en gran medida.

Descubrir que le apasiona al paciente, y motivarlo hacia ello puede ir produciendo que el foco cambie desde un lugar de pena y duelo, hacia la ilusión y motivación por empezar o continuar algo que nos ilusiona y motiva. Siempre desde un contexto realista, sin extra-motivar, ya que en función de las capacidades podremos llegar hasta un punto determinado.

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Imágenes | Pexels, Pixabay, iStock

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