Nuestro cerebro es una máquina de consumir glucosa, pero si le damos el combustible erróneo no funcionará eficazmente, incluso podrá necesitar pasar por "el mecánico" a medio o largo plazo. Una doctora integrante de Harvard, especialista en alimentos y cerebro, ha detallado cuáles son los peores alimentos para este órgano. Alejarlos nos dará un mejor funcionamiento cerebral y disminuirá el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Cinco grupos de alimentos que son un mal combustible para tu cerebro
La Doctora Uma Naidoo es psiquiatra nutricional de la Escuela Médica de Harvard. Uma es autora de libros que conectan los alimentos y el cerebro, como la obra "Lo que la comida le hace a tu cerebro". Colabora con el canal estadounidense CNBC en el que hace unos días detallaba cuáles son los cinco grupos de alimentos que debemos evitar para mantener una buena memoria y un cerebro en forma.
Al igual que hay alimentos que son especialmente buenos para la salud del cerebro, hay algunos otros que promueven todo lo contrario. El símil que más me gusta al hablar de esta temática es que nuestro coche necesita el combustible adecuado. Si llenamos el depósito con el "alimento" incorrecto tendremos que ir al mecánico (o al médico) más pronto que tarde.
Estos son los cinco grupos de alimentos que sientan peor a nuestra salud del cerebro, tanto en el aumento del riesgo de enfermedades futuras, como en la pérdida de eficacia a la hora de ejecutar funciones cognitivas del día a día.
Alimentos con azúcares añadidos y refinados
Al hablar de azúcar nos viene a la mente ese paquete de azúcar blanco que le añadimos al café o algunos postres. Sin embargo, el azúcar no es un problema para nuestro cerebro ni para nuestra salud, gran cantidad de alimentos contienen azúcares propios como, por ejemplo, los lácteos enteros.
Lo que sí debemos evitar es consumir azúcar refinado, que sí es ese azúcar blanco que tenemos en el azucarero, tanto en esa forma como en los alimentos procesados y ultraprocesados que, aunque no lo parece, contienen cantidades elevadas de azúcares refinados: salsas industriales, sopas de sobre, aderezos preparados para ensaladas, etc.
Al consumir este tipo de azúcar, mucho más aún si se hace en abundancia, nuestro cerebro recibe un exceso de glucosa, lo que puede desembocar en un peor funcionamiento y en problemas a largo plazo en funciones como la memoria.
Alimentos con edulcorantes artificiales
¿Coca Cola normal o Zero? Una de las formas que tenemos de evitar el azúcar refinado y añadido es consumir productos "zero" o "sin azúcares añadidos". El problema que ello conlleva es ese alimento se endulza de otra manera, y suele ser con edulcorantes artificiales como el aspartamo.
Cuando utilizamos sacarina en el café, en vez de azúcar, estamos quitando de en medio al azúcar, pero estamos consumiendo un edulcorante que afecta negativamente a nuestro cerebro. Puede incluso ser visible al cambiar el estado de animo o aumentar la ansiedad.
Estos edulcorantes artificiales también provocan oxidación, todo lo contrario a los saludables antioxidantes. Eso hace que aumenten los radicales libres en el cerebro, y siempre debemos evitar que eso ocurra, ya que acelera el envejecimiento, lo que dispara el riesgo de enfermedad neurodegenerativa.
En su lugar utiliza edulcorantes naturales o que hayan demostrado no ser nocivos para la salud. La miel es una opción ideal, también el azúcar de coco o algún edulcorante que parece no afectar negativamente a la salud, como es el eritritol.
Algunos alimentos procesados, y todos los ultraprocesados
Si tienes entre manos una etiqueta en la que te cuesta pronunciar un ingrediente o no tienes ni idea qué puede ser, evítalo porque casi seguro que es un ultraprocesado. Este tipo de alimentos son altamente perjudiciales para la salud física y mental.
Estos alimentos industriales pueden influir directamente en el cerebro, no solamente por su cantidad de azúcar refinada que ya sabemos que hay que evitar, también porque pueden alterar el estado de ánimo. La depresión y el consumo de ultraprocesados tienen una asociación que se podría explicar por el impacto que tienen en nuestro cerebro.
Las neuronas, y cualquier célula, sufre cambios a lo largo de la vida. El consumo de ultraprocesados acelera esas modificaciones, envejeciendo más pronto y pudiendo sufrir una enfermedad neurodegenerativa como Alzheimer, incluso demasiado pronto.
Alimentos elaborados con aceites de semillas industriales y procesados
El aceite de oliva virgen extra mejora la memoria, las conexiones cerebrales y otras funciones del cerebro. Los aceites altamente procesados como el de soja, maíz, colza, algodón, girasol, cártamo y algunos otros producen inflamación del cerebro debido a sus altos niveles de omega-6.
Un consumo elevado de esta fuente de grasa produce sustancias químicas no muy saludables para nuestro cerebro. Al contrario, el aceite de oliva virgen extra ayuda a un correcto funcionamiento de nuestro órgano aportando ácidos grasos de calidad y el combustible adecuado.
Alimentos fritos
Cuando se habla de alimentos fritos debemos diferenciar claramente qué tipo de alimento es y en qué aceite se está friendo. Un alimento ultraprocesado frito en un aceite de mala calidad, como los que hemos visto anteriormente, es muy dañino para el cerebro.
Más aún si ese aceite se ha utilizado más veces de las recomendables. Si nos vamos al alimento, nada tiene que ver una patata frita que compramos congelada, a una patata que nosotros cortamos en tiras para después freírla.
Si además utilizamos aceite de oliva virgen extra, esa patata que hemos preparado nosotros será frita, pero quedará muy lejos del ultraprocesado frito en aceite de mala calidad.
Sabiendo esta diferencia, debemos evitar los alimentos fritos de mala calidad porque se asocian con una peor memoria y cognición. En su lugar podemos hacer uso de esas versiones fritas saludables, o utilizar el horno o las freidoras de aire para dar un aspecto similar a la fritura, pero de forma distinta y más saludable.
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