Todos los estudios e investigaciones han demostrado que dormir una media de ocho horas diarias es muy recomendable para mantener una buena salud, pero, ¿qué sucede cuando dedicamos mucho más tiempo a dormir?.
El cuerpo necesita descansar después de todo un día de actividad. El sueño es la mejor forma de hacerlo, ya que con ello propiciamos un relax absoluto en el que nuestros músculos se quedan relajados sin apenas actividad. Es en este momento cuando el organismo se recupera del esfuerzo llevado a cabo a lo largo de la jornada. Mantener un correcto equilibrio en las horas que destinamos a dormir es fundamental para conseguir una buena salud.
Todos sabemos que dormir de siete a ocho horas diarias es lo conveniente, ya que durante este tiempo el cuerpo se recuperará de todo el esfuerzo llevado a cabo durante el día. Por la noche los músculos se relajan y la actividad cardiaca disminuye al máximo, por lo que es el momento en el que el corazón descansará de la actividad cotidiana. Esto es lo que hace que mantener las horas de sueño sea una buena forma de evitar las enfermedades cardiovasculares. Además de controlar el apetito y regular el peso corporal. Pero todo es bueno en su justa medida, ya que dormir demasiadas horas también puede pasar factura.
Muchas son las personas que dedican más de ocho horas al sueño. Dormir demasiado hace que nuestro cuerpo se relaje en exceso, y es que los biorritmos bajan y la velocidad metabólica también. Nuestro organismo se vuelve más lento, y cada vez nos sentiremos más cansados y con menos ganas de afrontar el día a día. Esto es lo que se conoce como sensación de letargo, ya que nuestras acciones se ralentizan debido a la prolongación del tiempo en el que el organismo apenas tiene actividad.
Dormir demasiadas horas minimizará nuestra capacidad de respuesta a lo largo del día. Como hemos dicho anteriormente, el sueño hace que nuestra circulación y actividad cardiaca se ralenticen. Si prolongamos las horas de sueño, alargamos esta actividad, lo que conlleva una menor capacidad de respuesta ya que nuestra circulación es más lenta y por lo tanto la cantidad de sangre que recibimos es menor. Esta situación hace que nos sintamos decaídos y tengamos una sensación de cansancio perpetuo, ya que nuestro cuerpo apenas se ha repuesto de tanto tiempo de sueño.
Es importante que sepamos controlar las horas que dedicamos a dormir, en ningún caso debemos excedernos, ya que todo tiene su justa medida y de nada nos sirve dormir demasiado, pues no es mejor para la salud, sino que nos afectará más de lo que pensamos en nuestro día a día. Ninguna de las dos posturas es la adecuada, sino que es correcto dormir las horas justas para conseguir un perfecto descanso para funcionar correctamente a lo largo del día.
Imagen | ophelia
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