En el mundo actual suele haber divisiones entre todo tipo de posiciones, ya sea a nivel político, religioso o en cualquier opinión. Esta situación nos lleva a creer que somos cada vez menos receptivos a las opiniones opuestas, así que comprender cómo podemos aumentar la receptividad e interés por nuestro relato es un gran avance a todos los niveles.
Receptividad, la ventana al diálogo
La receptividad se refiere a la voluntad de buscar, prestar atención y evaluar de manera justa la información opuesta. Capta la motivación de las personas para interactuar de manera significativa con puntos de vista opuestos, así como su apertura a ideas y opiniones que son nuevas o diferentes a las propias.
Una corriente de investigación que está ganando impulso en este dominio explora las consecuencias de señalar receptividad a los demás. Es decir, los investigadores han comenzado a explorar cómo mostrar receptividad puede afectar las respuestas e intenciones de los demás.
En general, señalar receptividad parece conferir beneficios interpersonales. Por ejemplo, las personas (y los mensajes) que se perciben como receptivas son más persuasivas, suscitan mayor apertura e interés en la interacción por parte de los demás y se las considera más confiables e inteligentes.
¿Qué hace que una persona, o el mensaje de una persona, parezca receptivo?
¿Cómo se puede comunicar la receptividad a los demás? Investigaciones recientes han descubierto una serie de factores que aumentan la receptividad percibida. Algo que a priori puede no parecer importante, hemos visto que afecta a cómo nos muestra como personas más confiables e inteligentes, además de atraer a otras personas a interactuar con nosotros.
Una de las razones que nos separan de ser tratados como personas receptivas es dialogar o discutir desde el afecto por algo, y no desde el conocimiento. Cuando hablamos de fútbol con una persona fanática de un equipo que siempre antepone su pasión a los actos, dejaremos de hablar con ella sobre ello, y puede que sobre más temas.
Sin embargo, hay factores actitudinales y lingüísticos que que nos hacen parecer más receptivos. Una reciente investigación ha revelado que el uso de evasivas (por ejemplo, decir "probablemente" o "tal vez" al expresar una opinión), reconocer la propia incertidumbre, hacer preguntas sobre las opiniones de los demás, presentar mensajes bidireccionales en lugar de unilaterales y expresar emociones positivas en lugar de negativas pueden aumentar la receptividad percibida de un mensaje y de la persona detrás de él.
Uso de pronombres como herramienta rápida y sencilla para ser visto como más receptivo
En la citada investigación se explora la posibilidad de que algo tan simple como el uso de pronombres pueda afectar la receptividad percibida. Los pronombres son utilizados constantemente y juegan un papel fundamental en las experiencias cotidianas de las personas.
De hecho, se ha demostrado que el uso de pronombres predice comportamientos y estados mentales que van desde la depresión y el dolor emocional. Lo que hicieron los investigadores fue explorar el papel de los pronombres en segunda persona (pronombres “tú”; tú, tuyo, tú mismo; p. ej., “Te estás equivocando en esto…”) y los pronombres en primera persona del plural (pronombres “nosotros”; nosotros, nuestro, nosotros mismos; p. ej., “Nos estamos equivocando en esto…”).
Tú versus nosotros
El pronombre "tú" reduce la receptividad percibida porque señalas al otro, lo acusas y es agresivo en algunos entornos. Los pronombres “tú” pueden indicar culpa o falta y hacer que el receptor del mensaje se sienta responsable del desacuerdo o conflicto en cuestión, lo que se percibe como hostil y agresivo.
A diferencia de los pronombres “tú”, que indican un enfoque en el receptor y pueden sentirse agresivos, los pronombres “nosotros” se utilizan para comunicar una perspectiva o experiencia compartida entre la fuente y el receptor.
En consecuencia, los pronombres “nosotros” pueden reducir la distancia psicológica entre un hablante (o fuente) y un oyente (o receptor) y señalar cercanía e inclusión.
Cuando las personas expresan desacuerdo, elegir usar pronombres “nosotros” sugiere una asociación o una identidad grupal común. Desplaza la culpa, o atribución, por el desacuerdo de tal manera que en lugar de recaer únicamente en el receptor, se comparte entre la fuente y el receptor.
Por ejemplo, decir “deberíamos haber avanzado más” implica asociación y responsabilidad compartida y se siente más abierto e inclusivo, mientras que decir “deberías haber avanzado más” implica crítica y culpabilidad y se siente más agresivo.
Referencias
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Volume 110, 2024, 104555, ISSN 0022-1031, https://doi.org/10.1016/j.jesp.2023.104555.
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