El ejercicio físico contribuye a adelgazar de diferentes formas y nos beneficia en muchos aspectos, no obstante suele ser muy frecuente subir de peso al empezar el gimnasio. Te contamos que ésto es algo normal y habitual, y te explicamos por qué.
Más kilos pero más salud
Los primeros días entrenamiento físico, sobre todo si hemos pasado de un estilo de vida sedentario a activo, podemos experimentar hinchazón, retención de líquidos y al mismo tiempo un incremento del peso corporal.
Todo esto se debe a cambios a nivel metabólico que implican la activación del sistema muscular y también, la retención de líquidos por parte de nuestros músculos para enfrentar mejor el esfuerzo futuro y recuperarse tras el mismo. Es decir, nuestro cuerpo se prepara para ser más eficiente ante el ejercicio.
Con el paso de los días, el peso corporal puede sostenerse en uno o dos kilos más, mientras que la retención de líquidos o la hinchazón suele desaparecer conforme nos habituamos al entrenamiento.
Este mayor peso corporal implica la ganancia de masa masa muscular y se traduce en mejor salud para el organismo, a expensas muchas veces de una reducción en la grasa corporal y un metabolismo más activo que, a largo plazo, puede conducirnos al descenso de peso.
Por todo esto, si has aumentado de peso al empezar el gimnasio o cualquier otro ejercicio físico esto no debe ser motivo de alarma, ya que constituye un cambio normal de nuestro organismo que igualmente nos beneficiará. Y si buscamos adelgazar, a largo plazo será posible siempre y cuando acompañemos el entrenamiento de una dieta sana y otros hábitos de vida adecuados.
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