El descubrimiento del fuego ha sido parte fundamental de la historia para que hoy estemos aquí, pero un mal uso y un descontrol del mismo puede lastimarnos e incluso matarnos. La tecnología en forma de móviles, ordenadores, tabletas... son "el nuevo fuego" que tenemos que aprender a domar y a poner a trabajar en nuestro favor. Cuando los niños de apenas unos meses de edad hacen uso de estas pantallas, pueden "lastimar" su desarrollo cerebral, siempre que ese uso no sea correcto.
Es común encontrarnos con niños que todavía no han aprendido a hablar, pero ya saben desplazar pantallas en el móvil y en las tabletas electrónicas. Su uso no debe de ser demonizado si se tiene un control en duración y fines para el que se utiliza.
La evidencia científica aporta ya algo de información de las consecuencias negativas y positivas a corto plazo y largo plazo que este tipo de tecnologías provocan en el cerebro de los niños. Vamos a comentar en este artículo algunos de los aspectos más destacables de esta correlación entre niños, desarrollo cerebral y tecnología.
Contexto: niños y uso de la tecnología
En algún anuncio para invitarnos a comprar una televisión detallan características como "inmersión total". En ese estado es el que encontramos a niños de muy corta edad cuando tienen un dispositivo tecnológico en las manos. Da igual lo que pase a su alrededor, el niño no deja de mirar el móvil o el dispositivo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda el uso de pantallas hasta que el niño no pase, al menos, de los dos años. En esos casos recomienda un máximo de una hora a día, entendiendo por pantallas no solamente móvil, tableta u ordenador, también la televisión.
Sin embargo, estos datos no se cumplen por la mayoría de niños que, o bien utilizan las pantallas antes de los dos años, o lo hacen durante mucho más de una hora cuando superan esa edad. Así lo muestra una investigación reciente que incluyó a cerca de 90 mil niños, exponiendo que tres de cada cuatro incumplían estas recomendaciones de la OMS.
Al igual que se dice que un niño con obesidad tiene mayor probabilidad de ser un adulto con obesidad, los niños que utilizan pantallas en los primeros meses y años de vida aumentan la probabilidad de hacer uso de ellas en el futuro. Guarda una relación lineal: a mayor uso en los primeros meses o años, mayor uso en la etapa adolescente y adulta.
La pandemia de Covid-19
¿Cómo afectará la pandemia de Covid-19 al desarrollo cerebral en los ahora niños y después adultos? No lo sabemos porque ese día aún no ha llegado, pero podremos comprobarlo dentro de unos años. El uso de pantallas se disparó en ese tiempo donde "el mundo" era nuestra salón.
En esta situación podemos ver un claro ejemplo de los diferentes usos de la tecnología. Por un lado, los ordenadores se utilizaban para seguir las clases, pero por otro lado los niños tenían que estar entretenidos y esas pantallas no se dedicaban a un uso educativo.
La tecnología no es ni buena ni mala, es neutra. Será nuestro uso el que le de el adjetivo "buena" o "mala". Tenemos al alcance de nuestra mano con una simple conexión a internet herramientas impresionantes para formar a la generación que diseñará elementos que no somos ni capaces de imaginar.
Efecto negativo de la tecnología en el desarrollo cerebral de los niños
Estructura cerebral modificada
El mal uso de las pantallas (exceso de tiempo o mala calidad de lo que se ve) se correlaciona con un tareas cognitivas y rendimiento empeorado, con respecto a los niños que no realizan ese mal uso. La materia blanca del cerebro produce adaptaciones que sugieren un peor desarrollo cognitivo por el mal uso de la tecnología en edades tempranas.
El coeficiente intelectual también se ve mermado por el uso excesivo de pantallas, así como las habilidades sociales y emocionales. Por tanto, los niños pueden verse en la adolescencia y etapa adulta con una peor capacidad a nivel intelectual, pero casi más preocupante aún, pueden tener una inteligencia emocional y social de mala calidad que dañe su salud mental.
Menos relación social, menos capacidad lingüística
Al tener menos relación con otros niños, además de disminuir su capacidad de relacionarse, también se puede encontrar una peor capacidad lingüística. Ese es el hallazgo de una revisión sistemática con metanálisis que estudió cómo afectaba el uso de pantallas al desarrollo infantil temprano.
Uno de los aspectos interesantes de esta investigación es que el debate puede cambiar si el uso de las pantallas se enfoca desde una programación de alta calidad. Es totalmente distinto ver vídeos y canciones infantiles o visualizar tareas planificadas por expertos. Como es difícil modificar los patrones de conducta de todos los padres del mundo, lo que se puede hacer es cambiar lo que esa pantalla muestra.
El niño tiene que aburrirse para descubrir cómo entretenerse
El aburrimiento es el espacio en el que suceden la creatividad y la imaginación, dice Rich, profesor asociado del comportamiento en la Escuela de Salud Pública de Harvard. El cerebro humano en crecimiento está construyendo constantemente conexiones neuronales, a la vez que elimina las menos utilizadas.
Lo que sucede en la pantalla proporciona una estimulación pobre del cerebro que hará que esas nuevas conexiones neuronales sean de peor calidad. Además, no permite ese espacio de aburrimiento al niño para que el cree su propio entretenimiento a raíz de su imaginación.
Efecto positivo de la tecnología en el desarrollo cerebral de los niños
Toda la información mundial a un clic de distancia
La tecnología proporciona a padres y niños un fácil acceso a la información y aumenta la creatividad al recibir estímulos de todo tipo. Ayuda a los niños a visualizar e interactuar con artes y ciencias, pudiendo "visitar museos" y visualizar todo tipo de ciencia a un clic de distancia.
Ya hemos comentado anteriormente que en estas etapas es cuando se forma todo el entramado neuronal. Mezclar los estímulos naturales de la vida real, con una selección de estímulos de la vida virtual puede generar unas conexiones enriquecidas.
Alfabetización tecnológica
La tecnología crece de forma exponencial porque cuando surge una novedad abre muchas puertas que aún estaban cerradas. Los niños que están ahora comenzando la enseñanza primaria se dedicarán a trabajos que no existen aún.
Una alfabetización tecnológica temprana comenzará a introducir piezas del puzle en su cerebro que irán encajando poco a poco con las novedades que vayan surgiendo. Por tanto, el uso temprano de la forma adecuada, ayudará al cerebro del niño en su adolescencia y etapa adulta a manejar mejor los cambios que irán surgiendo.
La tecnología conecta
Suele decirse que la tecnología aísla en lugar de conectar, pero depende de cómo la utilicemos. Cuando yo era pequeño viajaba en verano con mis padres por su trabajo y hacía amigos de todas las partes de España. Cuando terminaba el verano no nos veíamos hasta el año siguiente.
Actualmente los niños pueden ver a esos amigos que están lejos y enriquecer más relaciones personales que cuando no existía la opción de videollamadas. También se pueden conectar con otros niños del mundo e intercambiar culturas e idiomas.
Ese desarrollo afectivo sumará al rendimiento cognitivo del niño ya que puede mejorar su desarrollo lingüístico y diferentes capacidades cerebrales con esta práctica de vínculos virtuales, cuando no pueden darse de forma presencial.
Queda mucho por conocer
Poco a poco iremos conociendo más datos de calidad sobre el uso de la tecnología en niños y el desarrollo cerebral, ya que aún es pronto para comprobarlo puesto que temporalmente no resulta viable.
Actualmente son muchos proyectos los que están en marcha, como el estudio Growing Up Digital (GUD) que está siguiendo la evolución durante 10 años de niños y adolescentes para ver el impacto de la tecnología digital en su bienestar físico, mental y social.
En unos años podremos hablar basándonos en literatura científica sobre las repercusiones positivas y negativas del "nuevo fuego", que iremos controlando poco a poco.
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