Correr no es solo correr, lo hemos dicho en multitud de ocasiones. Otras actividades como el entrenamiento de fuerza, el Yoga o el Pilates pueden ser perfectas para complementar nuestro entrenamiento y mejorar como corredores, consiguiendo una mayor movilidad en las articulaciones, una mayor fuerza muscular o un core más fuerte.
De entre estas actividades complementarias a la carrera, quizás la natación sea la que mayores beneficios nos puede presentar: así es como la natación te ayuda a ser un mejor corredor.
Mejora tu capacidad aeróbica dentro del agua
Tanto si eres principiante como si estás preparando una carrera de media o larga distancia (como por ejemplo la Behobia/San Sebastián), la natación tiene mucho que aportarte como corredor.
Nuestra capacidad aeróbica, la base de un buen corredor sobre todo en este tipo de carreras más largas, se verá incrementada con el entrenamiento en la piscina. Practicando natación de forma regular e incorporándola a nuestra rutina podemos aumentar nuestra capacidad pulmonar: esto nos beneficiará a la hora de correr permitiéndonos correr durante más tiempo y retrasando la aparición de la fatiga en el entrenamiento.
Combina el running con un entrenamiento de bajo impacto
Uno de los perjuicios que se suele achacar al running es el de que se trata de una actividad de alto impacto que puede tener consecuencias negativas en nuestras articulaciones (sobre todo si no tenemos una técnica correcta) y en nuestros músculos (por ejemplo, en nuestro suelo pélvico).
Combinar el running con actividades de bajo impacto como la natación nos permitirá seguir mejorando nuestras capacidades físicas sin forzar nuestras articulaciones, ya que estamos utilizando la resistencia del agua para trabajar nuestros músculos.
Un entrenamiento para todo tu cuerpo
Cuando corremos tendemos a centrarnos solamente en nuestro tren inferior. Sin embargo, el trabajo de nuestra zona media, encargada de que llevemos una buena postura en carrera, y de nuestro tren superior también es importante para los runners.
Los gestos de los distintos estilos de natación nos exigen una coordinación intermuscular e intramuscular que nos beneficiará a la hora de entrenar carrera. Mejoraremos también la movilidad y estabilidad de nuestra cintura escapular, algo que también colabora a la hora de mejorar nuestra postura.
Durante nuestra semana de entrenamiento podemos incluir un día de entrenamiento de técnica de carrera, otro día de entrenamiento de fuerza (o más, dependiendo de nuestras necesidades y del perfil de la carrera que estemos preparando) y, finalmente, un día más de natación, quizás en uno de los días que dedicamos al descanso activo.
Este artículo fue originalmente publicado por Lady Fitness en octubre de 2018 y ha sido revisado para su republicación.
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