Entre las muchas dietas que se encuentran a nuestra disposición para perder peso, existe un gran grupo denominado dietas proteinadas. Te contamos cómo funcionan para adelgazar estas alternativas que se basan en aumentar las proteínas y rebajar los carbohidratos
¿Qué es una dieta proteinada?
Una dieta proteinada es una dieta basada en la ingesta de proteínas, pero no en alimentos que los ofrecen sino en preparados proteicos como pueden ser barritas, batidos u otros productos que caracterizan al método que representan específicamente.
Así, dietas proteinadas son aquellas que elevan las proteínas de la dieta, reduciendo también el porcentaje de hidratos de carbono pero sin superar los límites máximos de aporte proteico de manera de prevenir efectos secundarios a causa de un exceso de este nutriente.
Ejemplos de dietas proteinadas son el método Pronokal, el empleado por Siken, Bimanan o Herbalife, entre otros.
Las fases de la dieta proteinada
En una dieta proteinada se estructuran tres fases bien diferenciadas:
- Primera fase o fase activa total: tiene una duración de una semana aproximadamente (aunque puede ser más o menos dependiendo de los kilos que se necesitan perder) y consiste en realizar un ayuno de todo tipo de alimento consumido en la dieta habitual. En su reemplazo, se utilizan preparados proteicos para la alimentación diaria, siendo mayormente batidos de proteínas que debemos reconstituir en agua y sólo se pueden acompañar (no en todos los casos) de verduras.
- Segunda fase o fase activa mitigada: en esta etapa el ritmo de reducción de peso es inferior y ya no se consumen exclusivamente preparados proteicos comerciales y verduras sino también, se incluyen poco a poco proteínas animales mediante alimentos como el huevo, carnes o pescados, entre otros.
- Tercera fase o fase de estabilización: es una etapa en la cual se terminan de adicionar otros alimentos que antes no se permitían y también se añaden otros comportamientos saludables, ya que la finalidad es conservar la reducción de peso lograda.
En las primeras dos fases este tipo de dietas pueden estimular la cetosis, sin ser por eso dietas cetogénicas como la dieta Dukan o la de Atkins en las que los preparados proteicos como barritas o batidos pueden no estar presentes pero en las dietas proteinadas son imprescindibles.
Cómo funcionan las dietas proteinadas
Las dietas proteinadas, a base de preparados proteicos sobre todo e incrementando considerablemente proteínas pero reduciendo los hidratos de carbono permiten una notable reducción de peso mediante la inducción de cetosis, es decir, promoviendo la formación de cuerpos cetónicos.
La cetosis promueve una gran pérdida de grasa y ocasiona mucha saciedad a causa no sólo de las proteínas sino también porque los cuerpos cetónicos neutralizan el apetito en el cuerpo.
Además, la mayor parte de estas dietas poseen un reducido aporte calórico que muchas veces no alcanza las 1000 Kcal en la fase inicial en que sólo se consumen barritas o batidos proteicos. Así, debido a un marcado déficit calórico y a la reducción considerable de hidratos que promueve la cetosis estas dietas ocasionan una marcada pérdida de peso.
Los posibles riesgos de las dietas proteinadas
Si bien a diferencia de las dietas cetogénicas en sí en las dietas proteinadas no se corren los riesgos de pasarnos con las proteínas, sí podemos sufrir todos los efectos propios de una dieta restrictiva y que produce un descenso de peso considerable que puede enlentecer el metabolismo o producir una adaptación metabólica.
Así, estas como otras dietas estrictas ocasionan estrés en el organismo pudiendo predisponer a un comportamiento alimentario poco apropiado y también, resentir el funcionamiento normal del metabolismo lo que incrementa las posibilidades de sufrir el tan temido efecto rebote.
Como si fuera poco, si la dieta proteinada ocasiona cetosis se pueden experimentar los efectos secundarios propios de esta condición tales como mal aliento, estreñimiento, náuseas o dolor de cabeza y dificultades para concentrarse.
En estas dietas además, no debemos dejar de considerar el factor económico, ya que en todas ellas los preparados proteicos son obligatorios como sustitutivos de las comidas diarias, sobre todo en los primeros días de dieta y ello, puede condicionar notablemente el bolsillo.
Por último, la utilización de preparados proteínicos como batidos o barritas así como la prohibición de grupos de alimentos enteros no son alternativas eficaces para una reeducación alimentaria. Es decir, las dietas proteinadas no producen un efectivo cambio de hábitos sino que constituyen un recurso temporal para adelgazar que no esta libre de producir efectos secundarios en el corto y largo plazo.
Imagen | Pixabay, Wikimedia, y Herbalife