Una experta explica los cinco tipos de hambre que existen para diferenciar cuándo tenemos realmente que comer y cuándo no

El hambre puede aparecer por cinco causas distintas: ¿cuál de ellas es la que te hace ir a la nevera?

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A lo largo del día hay diferentes momentos en los que tenemos hambre, pero no nos cuestionamos si es hambre real (fisiológica) o un hambre que procede por otros motivos, ya que hemos comido hace poco o no tenemos los depósitos vacíos. Una experta ha desarrollado cuáles son los tipos de hambre que existen y en qué consisten cada uno.

Los cinco tipos de hambre que nos incitan a comer

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María de los Ángeles García García es una gran divulgadora científica conocida en las redes como Boticaria García. En una de sus últimas apariciones en el programa Zapeando de La Sexta habló sobre los cinco tipos de hambre que existen, ya que el hambre no es solo fisiológico, como pudiéramos llegar a pensar.

Evolutivamente, nuestro cerebro estaba programado para lanzar una señal de hambre y evitar así la inanición y morir por la falta de ingestión de energía. Sin embargo, mucho hemos cambiado desde entonces a nivel social, pero no tanto a nivel fisiológico.

Eso ha hecho que el tipo de hambre que manifestamos los humanos vaya más allá de la necesidad fisiológica de comer para no morir. Los cinco tipos de hambre que describe Boticaria García con los que nuestro cerebro tiene que lidiar cada día son: fisiológica, emocional, ambiental, hormonal y el 'Dragon Khan'. Pueden darse varios a la vez.

Hambre fisiológica

Nuestro cuerpo está diseñado para enviar señales cuando los almacenes de energía están bajos, mediados por la hormona del hambre (grelina) y la hormona de la saciedad (leptina). Cuando el funcionamiento de estas hormonas es correcto, solamente tendremos hambre cuando realmente necesitemos comer, pero no suele ser el caso.

Al ingerir ultraprocesados y no movernos durante el día nuestro cuerpo tiene desregulado el mecanismo, y puede que nuestras hormonas no acierten al decirnos que tenemos hambre, ni al decirnos que paremos de comer porque ya hemos comido suficiente.

Hambre emocional

El hambre emocional aparece por estrés, ansiedad o aburrimiento, que busca en la comida mitigar esos estados. Este tipo de hambre es el que aparece cuando llegas a casa del trabajo, te sientas en el sofá y se une el estrés del día, el tráfico y el aburrimiento hasta la hora de dormir.

La comida se convierte en ese momento en una recompensa, más que en nutrientes, por lo que además de querer comer, buscaremos opciones poco saludables. Al ingerir ultraprocesados como bollería industrial nuestro cuerpo libera dopamina, que es neurotransmisor que nos "hará sentir bien" con esos productos.

Hambre ambiental

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"El que te hace pedir postre aunque esté lleno". Cuando llegamos a un lugar y nos dicen que probemos algo porque está muy rico, o vemos a alguien por la calle comiéndose un gofre y sentimos las ganas repentinas de comernos uno. Una vez más, la dopamina desea lo que hemos visto porque anticipa la sensación de placer antes de comérnoslo.

En las personas con obesidad el hambre ambiental es un grave problema porque sus niveles de dopamina están desregulados. Eso hace que deseen comer algo con más ganas que otra persona sin obesidad, y no solamente eso, sino que además querrán comer más cantidad para obtener la misma recompensa.

Hambre hormonal

Hay hormonas que dificultan las señales correctas o incorrectas del hambre. El cortisol es la hormona del estrés por excelencia que que puede alterar la grelina y la leptina, además del exceso de grasa acumulada, de manera que aumenta la primera (nos da más hambre) y disminuye la segundo (no nos saciamos).

Hambre el 'Dragon Khan'

Esta forma de hambre es una montaña rusa que se produce por los picos de insulina después de ingerir alimentos ultraprocesados. Al tomar este tipo de alimentos ricos en azúcares simples se produce una subida drástica de insulina que vendrá acompañada con la consecuente bajada drástica.

Esa bajada en picado de los niveles de insulina hacen que queramos de nuevo comer, lo que hace que queramos comer de forma más frecuente. El error más común es desayunar cereales azucarados, ultraprocesados o pan refinado, de manera que entramos en ese "Dragon Khan" durante todo el día y al final del día comeremos más cantidades y comidas que si controlamos esas subidas de azúcar en sangre, y sus consecuentes bajadas.

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Imágenes | Evieanna Snatiago (Unsplash), Artem Labunsky (Unsplash), Alicia Christin Gerald (Unsplash)

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