Según la Clínica Mayo, un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Para que podamos identificar el mismo, te contamos sus síntomas más frecuentes.
Los síntomas del ataque de pánico
Aunque no siempre ocurre, un ataque de pánico puede ser un síntoma de ansiedad así como de una situación estresante no resuelta.
Entre sus síntomas más frecuentes que pueden ayudarnos a identificar su presencia se encuentran:
- Inicio súbito, sin advertencia ni indicios previos.
- Sensación de peligro o fatalidad inminente.
- Taquicardia o palpitaciones.
- Sudoración o sensación de sofoco.
- Temblores o sacudidas.
- Mareos o sensación de desmayo.
- Dolor en pecho o dolor de cabeza.
- Náuseas (e incluso vómitos).
- Escalofríos.
- Falta de aliento u opresión en la garganta.
- Sentimiento de irrealidad o de desconexión.
- Entumecimiento u hormigueo.
Posterior a que sucede un ataque de pánico, que suele revertirse en un corto período de tiempo, puede permanecer una sensación de fatiga o cansancio.
Asimismo, un aspecto clave es que se tiene temor o miedo intenso a que el ataque se repita, evitando de esta forma las situaciones o lugares donde uno cree que puede ocurrir.
Ante alguno de uno, dos o más de estos síntomas presentados de forma repentina es muy probable que hayas padecido un ataque de pánico y que necesites ayuda.
Lo recomendable es consultar con un profesional de la salud, médico clínico y psicólogo son los más idóneos en la materia, para establecer el diagnóstico y abordar su tratamiento.
Imagen | Pixabay