Los beneficios del yoga no han pasado desapercibidos a la comunidad científica que ha investigado los efectos que la práctica habitual de yoga produce en la salud o en diferentes desórdenes. En este artículo te explicamos qué puede hacer el yoga por ti y por tu salud.
Limitaciones de algunos estudios sobre el yoga y la salud
Es de justicia para el yoga explicar las limitaciones que algunos estudios presentan a la hora de poner en práctica y entender lo que verdaderamente significa el yoga. El yoga busca en última instancia la iluminación y autorrealización a través de una sintonía no solo física, sino mental y espiritual.
Algunos estudios simplemente estudian los efectos de una pequeña parte del yoga como disciplina y filosofía, es decir, los asanas o posturas, pranayama o control de la respiración y dhyana o meditación. Estas son tres de las ocho ramas o ashtanga (óctuple camino) que el yoga contiene. De esta forma los estudios abordan el yoga desde una perspectiva sesgada e incompleta, algo que hay que tener en cuenta. ¿Quiere decir esto que los resultados de los estudios están falseados? No, pero como decíamos, es de justicia reconocer que el abordaje que los sujetos que participan en los estudios hacen del yoga no es completo.
¿Cuáles son los beneficios que podemos esperar del yoga en nuestra salud?
Mejor gestión del estrés y de desórdenes provocados por el mismo
El yoga es efectivo en la prevención y gestión del estrés y de desórdenes inducidos por este mismo.
Un estudio de 2007 en pacientes que estaban tomando medicamentos antidepresivos pero que estaban en remisión parcial mostró reducciones significativas en depresión, ira, ansiedad y síntomas neuróticos. El estudio apoya el potencial del yoga como tratamiento complementario de la depresión.
En 2008, investigadores de la Universidad de Utah demostraron mediante resonancia magnética que entre los sujetos de control y los practicantes de yoga, el practicante de yoga tenía una mayor tolerancia al dolor y una menor actividad cerebral relacionada con el dolor. El estudio muestra la importancia del yoga en la regulación de las respuestas al dolor y el estrés asociado.
Por último, a nivel de parámetros medidos en orina, saliva y plasma, el yoga ha demostrado reducir el cortisol salival y la concentración de adrenalina y noradrenalina en orina durante 24 horas. Además, también se redujeron los niveles plasmáticos de renina, una enzima que activa el sistema renina-angiotensina-aldosterona, que tiene efectos hipertensivos en el organismo.
Mejor gestión del sobrepeso y de la obesidad
El entrenamiento de asanas de yoga y pranayama durante tres meses continuos, una hora todos los días por la mañana por un experto en yoga resultó en una disminución del peso corporal, el índice de masa corporal y la relación cintura-cadera. Personalmente considero que estos cambios no son inducidos por mecanismos directos que el yoga pueda provocar sobre la lipólisis y oxidación de ácidos grasos sino por la reducción del estrés y una mayor predisposición por los sujetos de adquirir hábitos de vida saludables al dedicarse tiempo a si mismos.
Mejoras sobre enfermedad coronaria
En un estudio controlado aleatorizado, los pacientes con enfermedad coronaria comprobada angiográficamente que practicaron ejercicio de yoga durante un período de un año, mostraron una disminución en el número de episodios de angina de pecho por semana, una mejor tolerancia al ejercicio y una disminución en el peso corporal.
Por lo tanto, el yoga retrasa la progresión de la aterosclerosis en pacientes con enfermedad coronaria grave.
Mejoras sobre función pulmonar
El entrenamiento de yoga mejora significativamente las funciones pulmonares y la fuerza de los músculos inspiratorios y espiratorios.
En un ensayo controlado aleatorizado dirigido por el Instituto de Ciencias Médicas de la India se observó que los asanas de yoga, el pranayama y la meditación mejoraron varias medidas de la función pulmonar en sujetos con asma bronquial leve a moderada.
Esto último concuerda con lo observado en otro estudio estadounidense en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Imágenes | Pixabay
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