Si eres un fanático del fitness puede que hayas alcanzado el temido punto que llega en la vida de prácticamente cualquier asiduo al gimnasio; te has dado cuenta de que uno de tus brazos tiene más masa muscular que el otro, dotándolo de un mayor diámetro. ¿Sabes por qué ocurre esto?
Qué son las descompensaciones musculares
En primer lugar, que no cunda el pánico. Por un lado, las descompensaciones entre hemicuerpo izquierdo y hemicuerpo derecho por lo general no suelen ser un asunto muy importante, y por otro, nadie se escapa a ellas; todos tenemos descompensaciones musculares en mayor o menor medida.
Por lo general, en muchos casos aunque el volumen de entrenamiento de la porción izquierda sea el mismo que el de la porción derecha del cuerpo, tendemos a perder esta simetría porque el área de sección transversal de uno o varios de los músculos de un lado aumenta más que el otro.
Esto no tiene por qué suponer un problema hasta cierto punto. Si lo detectamos y lo corregimos relativamente pronto conseguiremos evitar que el músculo más desarrollado tire de los tendones y perjudique finalmente nuestra postura.
Cómo corregir las descompensaciones musculares
Lo que en muchos casos parece obvio, no termina siendo la respuesta. Si tienes una porción rezagada con respecto a la otra,mi consejo es que no empieces a darle un volumen de entrenamiento excesivo a la rezagada. En su lugar, sigue trabajando las dos pero corrige la técnica porque probablemente esta no sea la más adecuada.
Digo esto porque un músculo más fuerte (el avanzado) necesita un estímulo mayor, y uno que es menos fuerte (el rezagado), necesita uno menor, así que, si la técnica es correcta, a igualdad de volumen e intensidad de entrenamiento, el músculo rezagado acabará progresando a una mayor velocidad y acabará poniéndose a la altura del avanzado.
Esto realmente no tiene por qué generar una mayor preocupación. Puede que este problema se haya provocado por una postura incorrecta, por una mala técnica, o por una dismetría (una diferencia en la longitud de las extremidades), y se puede corregir con el tiempo adaptando la postura al ejercicio y trabajando de manera correcta.
Trabajo unilateral: ¿vale la pena?
El trabajo unilateral tiene muchos beneficios. Por ejemplo, reduce el déficit de fuerza bilateral o tiene mayor transferencia a ciertos deportes (por ejemplo, la transferencia de fuerza de una zancada al fútbol es mayor que la de una sentadilla).
Es un tipo de entrenamiento muy apto de cara a ser incluido en una rutina de entrenamiento, y si que puede ser una buena opción para la mejora de estos desequilibrios (de hecho, así lo indica este estudio), pero desde mi punto de vista aunque sea eficaz no es lo óptimo si el objetivo es corregir una descompensación, ya que, como he comentado, si nos centramos en trabajar más una articulación con respecto a la otra en lugar de centrarnos en arrancar el problema de raíz, que en este caso suele estar causado por la dismetría, la mala técnica o la mala postura, únicamente estaremos poniendo un parche de manera transitoria.
Lógicamente todas estas indicaciones no sustituyen el consejo que un profesional especializado pueda darte tras valorar correctamente tu caso. Recuerda que estas son recomendaciones generales, y no por ello tienen que funcionar bien para todo el mundo.
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