Muchas personas que recién comienzan a hacer deporte en general o a ir al gimnasio en particular, tienden a querer entrenar tanto como puedan. Si bien es cierto que es bueno sentir tanta ilusión al comienzo, también es cierto que esta ilusión conviene reconducirla y dirigirla a un lugar donde sea más necesaria y cumpla un rol mejor.
Comenzamos diciendo estas palabras porque no se trata de cuánto puedes entrenar a lo largo de la semana ni de cuántos días puedes ir al gimnasio sino de cuántos realmente necesitas.
Hay una gran diferencia entre hacer las cosas con eficacia y hacerlas con eficiencia. Ser eficaz implica ser capaz de cumplir un objetivo. Ser eficiente implica no solo ser capaz de cumplir con el objetivo sino también de hacerlo con la menos inversión de recursos y tiempo.
Si puedes conseguir objetivos yendo al gimnasio cuatro días, ¿para qué quieres ir cinco, seis o siete?
En este artículo te explicamos la importancia del descanso en tu día a día y en tus entrenamientos. Aquí veremos como los días de descanso son días de recuperación, adaptación y crecimiento.
El proceso de estímulo, recuperación y adaptación
En inglés se conoce como SRA process por sus siglas stimulus, recovery y adaptation.
Primero tiene lugar el estímulo, lo que hacemos en el gimnasio durante el entrenamiento, en concreto cómo lo hacemos, durante cuánto tiempo lo hacemos y la magnitud en la que lo hacemos. El tipo de estímulo y la magnitud del mismo determinarán el tipo y el grado de adaptaciones que disfrutaremos después.
En segundo lugar tenemos la fase de recuperación. En esta fase se busca reparar el daño sufrido durante el entrenamiento. Si el daño fue demasiado grande, las adaptaciones posteriores pueden ser limitadas puesto que nuestro cuerpo invertirá más recursos en esta fase y no tanto en la siguiente, que es la de adaptación. El tiempo de recuperación vendrá determinado por el entrenamiento en si y lo duro que resultó en función de la capacidad de la persona. Un principiante por ejemplo, ante un mismo entrenamiento, sufrirá más daño muscular que un atleta de élite.
Por último tenemos la fase de adaptación, donde el cuerpo se fortalece y adapta siempre y cuando la fase de recuperación haya tenido lugar y la magnitud del estímulo sea asumible para las capacidades de nuestro organismo. En este sentido el factor dietético durante la fase de recuperación es indispensable.
Los días de descanso son días de crecimiento
Con todo lo anterior dicho es obvio que el descanso es una fase fundamental en nuestra evolución como deportistas (y como personas).
Programa y organiza tu semana teniendo en cuenta esto ya que los días de descanso son igual de importantes que los días de entrenamiento.
Podríamos entrenar los siete días de la semana con una buena gestión del volumen e intensidad de entrenamiento pero la pregunta que debes hacerte es si es necesario. Si realmente con cuatro ya puedes mejorar y conseguir objetivos, ¿para qué invertir siete?.
Por último, si te cuesta quedarte quieto sin entrenar, ten en cuenta que siempre puedes optar por un descanso activo realizando actividades de baja intensidad como pasear o practicar senderismo. Piensa también que en los días en los que descanses tu cuerpo estará recuperándose y haciéndose más fuerte para que puedas seguir entrenando con mayor intensidad.
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