Ya hemos hablado mucho sobre la rodilla y sus lesiones. Al ser una articulación que sufre mucho, tanto en la vida cotidiana como en la actividad deportiva, todavía me queda mucho por contar sobre ella. En esta ocasión hablamos de la luxación de rótula.
La luxación o subluxación de rótula es relativamente frecuente en la actividad deportiva. El tratamiento variará dependiendo de si hay otras lesiones asociadas o de si el desplazamiento es grande (luxación) o de menor envergadura (subluxación).
Mecanismo de producción
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Directo: Traumatismo que empuje la rótula y rompa los elementos que la sujetan, desplazanto la rótula fuera de su posición normal.
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Indirecto: Es más frecuente en niños o adolescentes con rótula inestable. Un mecanismo indirecto, sin golpe sobre la articulación, puede producir la luxación o subluxación. Por ejemplo, extensión de la rodilla al cambiar bruscamente de dirección del movimiento.
Síntomas de la luxación de rótula
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Deformidad: La rótula, al estar fuera de su posición, deforma el contorno normal de la articulación de la rodilla. Se palpa, pero también se aprecia a simple vista.
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Dolor muy agudo: Que no cede fácilmente, siendo necesaria la reducción de la luxación y analgésicos para calmarlo.
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Derrame articular: Al romperse ciertas estructuras se produce un derrame con sangrado.
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Impotencia funcional: La persona no puede doblar la rodilla.
En ocasiones la luxación se puede acompañar de fractura, donde los pequeños fragmentos pueden ocasionar problemas de movilidad.
Tratamiento fisioterápico
Lo primero es devolver a la rótula a su posición normal. Esto suele ser más fácil en niños. En adultos es muy probable que sea necesaria anestesia local, ya que el dolor es muy agudo.
Si existen cuerpos libres, es decir, pequeños fragmentos de hueso u otras estructuras dentro de la articulación, es necesario extraerlos mediante artroscopia. Si hay lesiones mayores también habrá que repararlas en la intervención quirúrgica.
Desde la fisioterapia, la aplicación de medidas para controlar el dolor será lo primero. La crioterapia ayudará a reducir el derrame y aliviará el dolor. Una vez que pase la fase aguda de dolor, el entrenamiento de la musculatura será la parte principal.
Si la causa de la lesión ha sido indirecta por desequilibrio muscular, el entrenamiento de cuádriceps, sobre todo del vasto interno, será muy importante. En caso de que la persona tenga tendencia, por sus características anatómicas, a volver a sufrir esta lesión, el uso de vendaje funcional y/u órtesis será muy recomendable.
El objetivo de los vendajes y órtesis es estabilizar la rodilla en su posición. Su uso para el entrenamiento y la práctica deportiva ayuda a reducir el riesgo de recaída. Las órtesis son rodilleras específicas para la estabilización articular. Son más cómodas que el vendaje al poderse poner, quitar y volver a utilizar. Sin embargo, en algunos casos, el vendaje funcional es más específico y adaptado a la persona, por lo que puede estar más indicado.
Por lo demás, en la línea de todas las patologías de rodilla, el entrenamiento de tipo propioceptivo será fundamental para permitir que la articulación recupere estabilidad y fuerza. No dudéis en utilizar los comentarios para cualquier cosa que se os ofrezca.
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