Somos muchos los que pensamos en la natación para mejorar nuestros problemas de espalda. Los médicos nos animan a nadar para reforzarla sin tener muchas veces en cuenta que se trata de un deporte dónde la técnica es fundamental: una mala praxis puede llevarnos a lesionarnos aún más.
No se trata de enfundarnos el bañador y tirarnos a la piscina. Debemos saber qué queremos conseguir y cuáles son los mejores estilos o ejercicios. Nadar tiene muchos beneficios, que van más allá del entrenamiento o fortalecimiento físico, permitiéndonos entre otras cosas también relajarnos. Es fundamental mejorar nuestra técnica para no lesionarnos.
Toma clases
Se trata de un deporte que podemos practicar en solitario o bien elegir clases comunitarias, donde un monitor podrá orientarnos para evitar lesiones. Esta es siempre la mejor opción: si no sabes nadar bien debes tomar clases que te ayuden a mejorar la técnica. A diferencia de otros deportes, una mala práctica nos impedirá avanzar y nuestras brazadas serán ineficaces, además de podernos lesionar.
Cuando empezamos a aplicar la técnica correctamente son impresionantes los progresos, con cada brazada se avanza el doble de lo que lo hacíamos antes y la fatiga no es tan acusada. Es la diferencia entre nadar de cualquier manera o saber cómo hay que realizar el desarrollo de la brazada y la coordinación de los pies.
Dime qué te pasa y te diré cuál es tu estilo
La natación es una excelente opción para aquellos deportistas que se hayan lesionado y quieran seguir entrenando sin cargar sus articulaciones, etc. Se trata de un deporte donde se trabaja el fondo y si se desea también la fuerza, sin tener el impacto del asfalto o tener que levantar pesas.
Aún teniendo un nivel de nado aceptable, nunca viene de más coger la tabla o el pull-boy y recordar ejercicios de técnica para que no aparezcan vicios raros que mermen la calidad de nuestro nado. Una de las zonas que más debemos mimar en la práctica de la natación son los hombros.
El equilibrio y la estabilidad en el agua son elementos de importancia en todos los estilos. Si somos capaces de controlar la postura, tendremos mayor facilidad para impulsarnos y patear más eficientemente, perder el equilibrio, nos provocará perder la técnica.
La estabilidad proviene de los músculos abdominales y lumbares que rodean la masa central del cuerpo, CORE. De este modo, el nadador que tenga buena musculatura central será más eficiente en el agua y correrá menos riesgo de sufrir lesiones. Si quieres conocer algunos ejercicios que te ayudarán a progresar como nadador, consulta: https://www.vitonica.com/natacion/los-mejores-ejercicios-de-musculacion-para-progresar-como-nadador.
La flexibilidad interviene en la capacidad de nadar eficientemente. La carencia de ella en los músculos de los hombros o en los pectorales dificulta la recuperación de los brazos y produce un estrés adicional en el hombro.
Las personas que sufren habitualmente de dolor de espalda o tienen problemas en la columna vertebral deben evitar fundamentalmente los estilos “braza” y “mariposa”, ya que suponen un sobreesfuerzo para la columna, provocando dolores o pudiendo agudizarlos especialmente en la zona lumbar y cervical.
Los estilos de natación más recomendados para personas con este dolor suelen ser el “crol” y la “espalda”. Estos ejercicios evitan forzar la columna y además ayudan a mantener su curvatura natural.
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