La actividad física es protectora frente a enfermedades de todo tipo. El simple hecho de caminar ya nos ayuda a prevenir alteraciones vasculares como accidentes cerebrovasculares, entre otros muchos. ¿Y si ya ha sucedido ese accidente? La actividad física sigue siendo una de las mejores herramientas para evitar que la enfermedad empeore, o algo peor.
Un nuevo estudio publicado hace apenas unos días en la revista Neurology muestra una asociación entre el tiempo que pasamos activos caminando o saliendo en bicicleta y una reducción de un 54% de muerte prematura después de haber ocurrido el accidente cerebrovascular.
Si nos vamos a los supervivientes de accidente cardiovascular más jóvenes (menores de 75 años) el riesgo de muerte prematura se redujo en un 80%. Sin duda son cifras para tener muy en cuenta la práctica de actividad física.
¿Qué tipo de actividad física nos ayuda a disminuir el riesgo de muerte prematura una vez pasado un accidente cerebrovascular?
Cualquier tipo de movimiento que nos demande un gasto de energía y que haga que nuestra musculatura trabaje. Puede ser desde caminar o ir en bicicleta, hasta cuidar de nuestro huerto. Lo que sea que nos aleje del sedentarismo, ya que es el la causa más peligrosa que aumentar el riesgo de muerte por todas las causas.
¿Cuánta actividad física?
Caminar desde tres a cuatro horas a la semana ya muestra beneficios en el objetivo que estamos tratando en este artículo. Los beneficios son mayores si aumentamos a seis o siete horas de actividad física por semana. Por tanto un mínimo de unos 30 minutos al día puede ser suficiente, aunque mejor si lo aumentamos a una hora.
¿Qué tipo de actividad física?
Ya hemos comentado que es válida cualquier actividad física que nos demande que la musculatura se contraiga y que ponga en funcionamiento nuestro sistema aeróbico. Caminar, nadar, ir en bicicleta o cualquier otro movimiento cíclico pueden ser válidos.
El entrenamiento de fuerza también es interesante para complementar el entrenamiento de resistencia. Al entrenamiento mezclado de fuerza y resistencia se le conoce como entrenamiento concurrente y es la mejor estrategia de entrenamiento para la salud.
Aplicación práctica y conclusión
Los autores del estudio lo exponen claramente: debemos enfatizar la práctica de actividad física especialmente en los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares que son más jóvenes, ya que pueden obtener los mayores beneficios para la salud al caminar solo treinta minutos al día.
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