Cuando se trata de alimentación y de mejorar nuestra salud por medio de la nutrición, no podemos expresar suficientemente lo importante que es reducir el consumo de azúcar añadido. Durante los últimos años las investigaciones nos han ido señalando la relación que existe entre el consumo de este aditivo y el sobrepeso.
Pero no solo eso, si no también con problemas serios de salud como presión arterial alta, colesterol, Alzheimer o, incluso, el cáncer. Ahora, una nueva investigación publicada en Sage Journals ha encontrado que existe una relación entre el alto consumo de azúcares añadidos y mayores depósitos de grasa y lípidos alrededor del abdomen y el corazón.
La idea de la investigación observacional era analizar la relación entre el consumo de azúcar a largo plazo y los depósitos de grasa. Para ello evaluaron las bebidas azucaradas así como los alimentos que ya vienen con azúcar añadido cuando los compramos y aquellos a los que se lo añadimos mientras los cocinamos.
Estudiaron la información de unas 3.000 personas de entre 18 y 30 años. Se observó el tipo de consumo de bebida y comida tres veces a lo largo de 20 años (1985-2005). En 2010 se les realizó una tomografía del pecho y el abdomen para evaluar los depósitos de grasa.
Los resultados encontrados indican que el consumo de azúcar añadido a lo largo de 20 años estaría relacionado con los volúmenes de grasa más adelante. De hecho, a mayor consumo de alimentos como bebidas azucaradas y alimentos con azúcar, mayor probabilidad de tener depósitos de grasa más grandes alrededor del corazón y otro órganos. Estos depósitos estarían relacionados con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
La recomendación de estos investigadores es reducir el consumo de azúcares añadidos tanto como podamos. Eliminando de nuestra dieta bebidas azucaradas y eligiendo snacks más saludables, de manera que evitemos ingerir todavía más azúcar en nuestro organismo.
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