La recuperación del peso perdido tras un descenso importante de kilos es algo habitual que se ocasiona como consecuencia de un descenso en el metabolismo. Aunque el principal efecto negativo del efecto rebote de las dietas es a nivel estético y moral, la realidad es que sus consecuencias van mucho más allá según un reciente estudio publicado por la American Heart Association.
Más cambios de peso y mayor riesgo de muerte
La investigación analizó datos de más de 6 millones de personas y concluyó que las fluctuaciones de peso constantes, así como las variaciones en niveles de glucosa, colesterol y presión arterial se vinculan a mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón, un accidente cerebrovascular y de morir por diferentes causas.
Si bien el cambio puede ser positivo como lo es la pérdida de peso corporal, si este cambio es notorio y se acompaña de otros cambios propios de un efecto rebote como es el constante descenso y aumento de peso, las probabilidades de morir se incrementan en un 127%, así como aumentan en un 40% o más las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco y un ACV.
Aunque el estudio en cuestión fue observacional y por tanto no pueden demostrar una relación de causa- efecto, no es la primera vez que las fluctuaciones de peso se asocian a mayor riesgo cardíaco.
Por lo tanto, deberíamos pensar en que más allá de la estética y de los daños sobre el metabolismo, los cambios de peso y otros propios de un efecto rebote pueden estar afectando severamente nuestra salud cerebrovascular e incrementando el riesgo de muerte.
En este sentido, se debe buscar la estabilidad a largo plazo intentando siempre evitar todas aquellas posibles causas de efecto rebote e intentar no recuperar el peso perdido.
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