En plena ola de calor es difícil resistirse a los helados. No pasa nada por darse un capricho de vez en cuando, procurando que sean las opciones más saludables, pero lo mejor que podemos hacer es prepararlos caseros, y sin azúcar añadido. Esta receta de polos de mango, plátano y frambuesa demuestra que es muy fácil y que merece mucho la pena.
En realidad podemos congelar en moldes -o usando envases de yogur o vasos de plástico- casi cualquier cosa, pero a mí me gusta hacer polos de fruta que tengan una textura más cremosa. El mango y el plátano son ideales, sobre todo si los usamos maduros y aromáticos, naturalmente dulces. Las frambuesas añaden color y un contraste de sabores muy refrescante.
Para que los polos salgan ricos de verdad merece la pena buscar la mejor fruta, a ser posible nacional. Un mango de tamaño medio-grande, maduro y bien aromático, y plátano que ya esté blandito y con algunas manchas. Las frambuesas podemos escogerlas congeladas o cambiarlas por otra fruta roja.
Pelar el mango y cortar la pulpa en cubos pequeños. Triturar con una picadora, procesador de alimentos o batidora, hasta tener una especie de puré sin filamentos ni grumos. Añadir un poco de vainilla si se desea (solo un toque, pero es opcional). Incorporar el plátano pelado y troceado y triturar un poco más.
Machacar o triturar las frambuesas con el zumo de naranja hasta formar como una salsa espesa. Probar para ajustar el punto dulce por si estuvieran muy ácidas, añadiendo algo más de naranja, aunque la gracia está en que hagan contraste con el dulce de las otras frutas. Podemos colarlas con un colador fino para retirar las semillas si queremos.
Repartir las frambuesas en el fondo de los moldes de polos. Dependiendo del tamaño podremos obtener unas 4-6 unidades. Rellenar con la mezcla de mango y plátano, poner los topes con los palitos y llevar al congelador, a ser posible dejándolos de pié, boca abajo. Esperar al menos dos horas.
Degustación
Habrá que tener un poco de paciencia antes de desmoldar los polos de mango, plátano y frambuesa, esperando como mínimo dos horas para asegurarnos de que se han congelado bien.
Para sacarlos solo hay que dejarlos bajo el agua templada del grifo unos segundos y tirar con suavidad; si vemos que hay resistencia es mejor esperar, o podríamos arrancar el palo dejando el polo dentro. De postre, merienda o incluso en el desayuno, son unos polos saludables muy refrescantes que hidratan mucho.
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