La forma en que corremos, la posición que adopta el cuerpo, resulta fundamental para rendir más y correr de forma segura. Un estudio recientemente publicado evaluó el efecto de la posición del tronco y concluyó que para prevenir lesiones al correr es clave no inclinar mucho el tronco hacia adelante.
A más inclinación del tronco más sobrecarga y riegso de lesiones
El tronco junto a los brazos y la cabeza representan la mayor parte de la masa corporal. Por eso, aunque al correr prestamos especial atención al tren inferior del cuerpo y su movimiento, éste puede influenciarse por la posición que adopta el tren superior.
Así, en la investigación publicada en Human Movement Science se analizó el efecto de la inclinación del tronco en 23 corredores recreativos, sin lesiones y jóvenes. Para ello, se observó toda la postura que adoptaba el cuerpo, se evaluaron las fuerzas de reacción del suelo y su impacto en las articulaciones.
De esta forma, en una cinta de correr y utilizando un software visual 3D se observó que cuánto más se inclinaba el tronco hacia adelante al correr más se flexionaba la cadera y se doblaba la rodilla. Asimismo, la longitud de la zancada se reducía y su frecuencia se incrementaba, aumentándose el impacto sobre las articulaciones y la sobrecarga general.
Si bien la inclinación del tronco varía naturalmente de una persona a otra, cuando estamos fatigados con frecuencia podemos acentuar la inclinación respecto a la cadera y así, perjudicar el rendimiento y la forma en que nos movemos.
Una inclinación muy marcada hacia adelante podría incrementar el riesgo de lesiones por sobreuso o esfuerzo repetitivo y ocasionar dolor de rodilla, periostitis tibial, síndrome de la banda o cintilla iliotibial entre otras.
Entonces, la inclinación del tronco también debería considerarse al momento de cuidar la postura que adoptamos al correr, ya que de ésta puede depender la dinámica de la zancada y la posición del tren inferior del cuerpo.
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