El aceite de oliva es un elemento imprescindible en la Dieta Mediterránea, pero no todos los aceites de oliva son iguales, dependiendo del procedimiento de extracción y/o mezcla podemos encontrar diferentes tipos de aceites con variable composición nutricional. Comparemos a continuación un aceite de oliva virgen y uno refinado.
Aceite de oliva virgen: se obtiene directamente de la aceituna por procedimientos mecánicos (presión en frío), sin adición de sustancias químicas para su extracción. Puede ser virgen extra, fino o corriente dependiendo de la cantidad de ácidos grasos presentes, siendo de hasta 0,8º, 2º y 3º respectivamente.
Aceite de oliva refinado: proviene de un aceite de alta graduación que necesita ser refinado para ser comestible (al provenir de aceitunas de mala calidad o de una extracción por presión en caliente). Su acidez no supera los 0,2º, de ahí que sea un aceite con poco sabor y con menos propiedades nutricionales. Diferencias nutricionales: el aceite de oliva virgen es más rico en Vitamina E y fitosteroles mientras que en el proceso de refinado se reducen el contenido de sustancias que confieren al aceite su sabor, aroma, color y muchas de sus moleculas bioactivas. Por lo tanto un aceite de oliva virgen siempre va a tener mayores propiedades saludables que uno refinado. Aunque el precio sea algo más elevado merece la pena tener un buen aceite de oliva virgen extra en la mesa, tu cuerpo lo agradecerá.
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