La actividad física podría contrarrestar (en parte) las enfermedades derivadas de la falta de sueño

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La inactividad física y la falta de sueño son dos de los principales comportamientos humanos que se asocian de forma directa y negativa con enfermedades cardiovasculares que a su vez pueden desembocar en morbilidad y mortalidad. Ese riesgo disminuye en las personas que duermen entre siete y ocho horas y practican actividad física.

Actividad física y calidad del sueño: efecto sumatorio

La actividad física y el sueño son codependientes a la hora de influir en las condiciones de salud. La actividad física, además de otros muchos beneficios, favorece la regulación de los ritmos circadianos y un patrón de sueño saludable.

Una cantidad de sueño correcta y con una buena calidad nos ayudará a estar más activos durante el día y a entrenar con mayor eficacia. Por tanto, y como concluye una investigación recién publicada en la revista Sports Medicine, lo ideal para prevenir y tratar cualquier enfermedad es la mezcla de la suficiente actividad física y sueño.

Hasta aquí, era de esperar. Lo interesante es que la actividad física, especialmente si incluye actividad física de moderada a vigorosa intensidad, puede ayudar a eliminar la mayoría de asociaciones perjudiciales por la falta de sueño. En concreto debemos superar el umbral de la guía de la OMS de 600 minutos de actividad física a la semana.

Es decir que, si dormimos menos de lo necesario, pero practicamos actividad física, ese riesgo potencial de mortalidad y morbilidad baja considerablemente respecto a si no dormimos lo suficiente, y además somos sedentarios. Eso sí, el riesgo sigue elevado ya que el sueño es una parte fundamental de la salud.

Mensaje para llevar a casa

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Si establecemos la analogía de la salud y de un podio (ahora que se acercan los esperados JJOO), las personas que estarían fuera de él, en cuarto lugar, serían aquellas que ni hacen actividad física ni duermen lo suficiente. Es el peor escenario posible para nuestra salud y aumenta el riesgo de enfermedades que derivan en mortalidad y morbilidad.

En el tercer lugar pondríamos a las personas que duermen la cantidad suficiente (entre siete y ocho horas diarias), pero que no practican actividad física. No es el peor escenario, pero se aleja del primer puesto.

En el segundo escalón estarían aquellas personas que no duermen lo suficiente, pero si practican, al menos, los 600 minutos semanales de actividad física propuestos por la OMS. Esa práctica deportiva parece ser, según el estudio que hemos citado anteriormente, más importante que dormir el tiempo suficiente. Sin irnos a ningún extremo, por supuesto.

El oro es para aquellas personas que duermen lo necesario y además practican actividad física. Esa unión reduce considerablemente el riesgo de una larga lista de enfermedades y aumenta la calidad de vida. ¿En qué escalón estás? ¿Estás al menos dentro del podio?

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Imágenes | iStock

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