Albert Einstein decía que "locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes", lo que a día de hoy se ha convertido en "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Chris Terrell comprobó en primera persona la fuerza de esta afirmación cuando dejó de lado las dietas y entrenamientos de moda para perder peso. En su lugar hizo algo distinto, y eso le llevó a perder 57 kilos, y a lo más importante, mantener el peso perdido más de dos años después.
Chris Terrell: un ejemplo para los que quieren perder peso y no lo consiguen
A los 15 años, Chris Terrell pesaba ya 90 kilos, peso que aumentó hasta los 131 kilos antes del punto de inflexión que lo hizo cambiar todo. Terrell es un hombre estadounidense de Arkansas que había probado todo tipo de dietas para perder peso a lo largo de su vida.
Las dietas funcionaban por un tiempo, pero inmediatamente recuperaba el peso perdido, e incluso iba acumulando más grasa. Después de la muerte de su padre, Chris decidió hacer las cosas de otra manera, abandonando las dietas milagro y las prisas, y escogiendo una forma más lenta y eficaz de llegar a su objetivo.
Menos reglas dietéticas y más sentido común
Chris pasó por todo tipo de dietas de moda, desde eliminar los carbohidratos por considerarlos los culpables de su peso, hasta vivir a base de batidos. Eliminaba de raíz ciertos alimentos como el helado, hasta que él mismo se dio cuenta que podía seguir comiendo ese capricho y perder peso.
Así lo explica en su entrevista para Insider, en la que comenta que dejó de pesarse de forma obsesiva y comenzó a comer cuando tenía hambre, sin un régimen estricto de horarios y alimentos. Eliminó de un día para otro las restricciones compulsivas, e introdujo en su lugar hábitos de vida que le hicieron bajar de peso poco a poco hasta perder 57 kilos de esa manera.
Más allá de la cantidad de kilos, la buena noticia de este proceso es que Terrell continúa manteniendo el peso perdido dos años y medio después.
La muerte de su padre y el reto de su cuñado fueron el punto de inflexión
En primavera de 2019, el padre de Terrell murió, a lo que se añadió el reto de su cuñado para ver si era capaz de moverse 20 minutos, unos tres días por semana. Chris aceptó y comenzó a nadar y cuidar de forma consciente y real su dieta y sus hábitos alimentarios.
Dejó de contar calorías y de seguir un régimen estricto. En su lugar, realizaba más actividad física y se centraba en comer bien la mayor parte del tiempo, pero sin estrictas restricciones que eran las que le había llevado a fracasar una y otra vez. En esta ocasión, se centró en arreglar la fuga del barco en lugar de achicar agua.
Cada vez que perdía peso , siempre lo recuperaba y más porque nunca abordaba el problema real. Siempre volvía a ganar peso porque era la misma persona que cuando comencé", decía Terrell para Insider.
El objetivo era no recuperar el peso perdido, sin importar si perdía medio kilo al mes
Chris Terrell comenzó a fijarse también en su estado emocional con respecto a la comida y al ejercicio físico. Descubrió que el estrés y la adicción a su trabajo, así como no dormir de forma adecuada por acostarse tarde, o una relación infeliz era factores que debía eliminar porque fueron los que le hacían recuperar el peso en etapas pasadas.
Con el tiempo fue mejorando su condición física con el levantamiento de pesas, la calistenia o el running. Los hábitos alimentarios hicieron que, aunque podía comer con gran libertad, cada vez escogía opciones más saludables.
El tercer pilar fundamental en su éxito fue llevar un diario de vida en el que tomaba notas para ser feliz y colocaba recordatorios por casa que le recordaban el rumbo de su viaje. A día de hoy, comparte su aventura y consejos en redes sociales como Tik Tok en la que cuenta con casi 300 mil seguidores.
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Imágenes | Chris Terrell (Web personal)