¿Cuántos años tiene tu colchón? ¿Lo compraste pensando en tu anatomía? Cuando escogemos un colchón solemos fijarnos en propiedades como la viscoelasticidad u otras características. En función de nuestra anatomía, puede ser más interesante un tipo de colchón u otro. Si has notas molestias al despertarte por la mañana, puede que una de las razones sea que duermes en un colchón muy duro o muy blando y necesitas justo lo contrario.
Que el colchón se adapte a ti y no tú al colchón
El doctor Stuart McGill es uno de los máximos exponentes en el cuidado de la espalda. El americano divulga en la prevención de molestias como el dolor lumbar y prescribe pautas para su mejora. En uno de sus libros, 'El mecánico de la espalda' hace alusión a algo que muchas personas no han tenido en cuenta: la elección del colchón según su anatomía.
Dormimos una tercera parte de nuestra vida, o al menos eso es lo recomendable, así que la elección del colchón afecta directamente a molestias como el dolor de espalda baja o de cuello. McGill explica en uno de sus consejos para cuidar de nuestra salud de la espalda que es muy importante seleccionar el colchón adecuado para nuestra espalda.
Colchón blando versus colchón duro
Existen colchones más blandos y otros más rígidos. ¿Necesita el mismo colchón una mujer con gran lordosis lumbar (curva hueca) debido al tamaño de sus glúteos que una mujer que apenas tenga esa curva? Claramente no. La persona con mayores curvas anatómicas puede tener molestias si duerme en un colchón rígido.
La razón es que esa curvatura lumbar se aplana durante la noche, causando dolor y rigidez. Se puede solventar ese problema utilizando un cojín o cobertor específico para ello que se introduce en esa zona hueca evitando así que se aplane y despertemos con dolores de espalda por ello.
Todo lo contrario sucede con algunos asiáticos que duermen en un futón (colchón de algodón que se tiende sobre el suelo o en una superficie dura). Las personas que no tienen grandes curvas en su silueta no tendrán problema en dormir en ese futón.
Sin embargo, una mujer con glúteos más grandes estará muy incómoda en ese futón. Por lo tanto, el colchón tendrá que ser más blando si tienes una curvatura grande en tu espalda, y puede ser blando si eso no sucede. En el caso de tener un colchón rígido, puedes salvar ese hueco entre los glúteos y la mitad de la espalda con un cojín o una almohada que está diseñada para ello.
Dormir con una almohada debajo de las rodillas es un error
En algunos casos, cuando dormimos boca arriba, se utiliza una almohada debajo de las rodillas pensando que mejora la postura y alivia el dolor. El doctor McGill explica que hacer eso produce que la espalda se aplane más, por lo que la presión de las vértebras es mayor.
Lo que sí es un acierto es poner esa almohada entre las rodillas si dormimos de lado porque así se alivia la tensión de las caderas. Cuando dormimos de lado, la pierna que está arriba cae ligeramente hacia abajo, puesto nuestras caderas están separadas, pero las rodillas están juntas al dormir de lado.
El colchón es importante, pero la almohada también
La almohada se puede utilizar o no dependiendo de la posición al dormir.
- Si duermes boca abajo puedes no utilizar almohada.
- Si duermes boca arriba puedes utilizar un soporte mínimo debajo del cuello.
- Si duermes de lado sí necesitas una almohada para que tu cabeza quede alineada con el resto del cuerpo. Si no la utilizas tu cuello se inclinará hacia el colchón y puede desembocar en dolor de cuello.
- Para los que alternan entre las diferentes posiciones hay almohadas especiales que tiene poco material en el medio (para dormir boca arriba), y alas reforzadas para sostener la cabeza cuando la persona gira para dormir de costado.
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