La postura que adoptamos para descansar cada noche puede influir considerablemente a nuestro sueño, pero también en nuestra salud física general. Por eso, te contamos lo que le pasa a tus músculos cuando duermes boca abajo.
Los inconvenientes de dormir boca abajo
Dormir boca abajo es una de las posturas menos recomendables, ya que impide que nuestra columna vertebral se mantenga alineada y por el contrario puede provocar tensiones musculares así como estrés durante todo el día.
Los músculos pierden la oportunidad de descansar y recuperarse durante el descanso nocturno si adoptamos una posición boca abajo, con la columna en lordosis lumbar, es decir con un aumento en la curvatura a nivel de la espalda baja que puede generar dolor con el tiempo.
Dado que el cuello está girado en de manera forzada, también puede ocasionar molestias en la zona cervical, y los hombros al estar elevados, pueden padecer dolores musculares o tensiones indeseadas.
Debido a que el pecho está oprimido, la respiración suele dificultarse cuando dormimos boca abajo, y esto impide que durante el sueño los músculos se recuperen adecuadamente.
Determinadas zonas, como por ejemplo los brazos, que pueden estar bajo la almohada o por encima de esta, pueden ver restringido el flujo sanguíneo y entonces, podemos experimentar un hormigueo que no es más que señal de faltar de oxígeno y de nutrientes en proporciones adecuadas, para los músculos de dichas zonas afectadas.
Por otro lado, como señala el Instituto Europeo del Sueño, al dormir boca abajo podemos incrementar las posibilidades de sufrir tendinitis, cervicalgias o lumbalgias debido a la postura que adopta nuestro cuerpo, desalineando completamente la columna.
Por todo esto, dormir boca abajo es la posición menos recomendada para lograr un sueño de calidad, siendo por el contrario aconsejable dormir de lado o boca arriba, y sí para nosotros es cómodo dormir boca abajo, recomendamos colocar un cojín bajo el abdomen para elevar la zona lumbar y evitar la lordosis.
Asimismo, es aconsejable colocar el cuello en la posición más neutra posible y reducir el tiempo en que pasamos boca abajo en la cama, intentando acostumbrarnos a dormir de lado o boca arriba durante la mayor cantidad de horas posible.
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Imagen | Miriam Alonso