Tenemos que poner fin a un mito que se ha repetido durante años, y es que el peso ideal no existe, digan lo que digan.
Durante mucho tiempo se ha creído que teníamos que conseguir tener un peso similar a las dos últimas cifras de nuestra altura en centímetros, pero esto no es necesariamente así.
Por qué no existe el peso ideal
La explicación a este mito es simple; dos personas pueden tener un mismo peso pero sin embargo pueden tener a la vez composiciones corporales totalmente distintas.
Esto quiere decir que a igualdad de peso, una persona puede tener una cantidad de grasa corporal que llegue a ser realmente peligrosa para su salud, mientras que otra persona puede tener un porcentaje de grasa corporal muy bajo y gozar de un estado de salud óptimo.
Por este motivo, es un error pensar que el peso como factor aislado es capaz de predecir el estado de salud de una persona.
Lo normal es que tanto un peso demasiado alto como un peso demasiado bajo conlleven problemas y riesgos asociados, pero lógicamente a la hora de evaluar el estado de salud de una persona es conveniente tener en cuenta otros parámetros.
Cómo valorar los indicadores antropométricos
El porcentaje de grasa corporal, la cantidad de masa magra, el estado de hidratación, y la densidad mineral ósea son indicadores antropométricos que pueden proporcionar mucha más información de la que puede aportar el peso.
Para evaluar estos indicadores se puede recurrir a tres métodos, teniendo en cuenta que existe un trinomio entre el tiempo invertido en la valoración, el coste de cada método, y la fiabilidad de los resultados.
La determinación de los pliegues cutáneos es un método asequible y fiable, pero requiere invertir algo de tiempo ya que requiere llevar a cabo una gran cantidad de mediciones.
La absorciometría dual de rayos X (o simplemente, DXA) es un método muy fiable y rápido, pero es relativamente costoso dado que requiere de un equipo muy especializado.
Y por último, la bioimpedancia eléctrica es un método rápido y muy asequible, pero la realidad es que la fiabilidad de este método no es comparable a la de los otros dos métodos.
Por ello, dependiendo de estos tres factores te interesará más recurrir a un método o a otro, pero ten en cuenta que los análisis antropométricos no son los únicos capaces de analizar tu estado de salud, sino que también deberías hacerte análisis bioquímicos con regularidad.
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