Fin del curso, inicio de la obesidad: la asociación entre las vacaciones de verano y la acumulación de grasa en niños

La obesidad infantil es una pandemia que ha ido creciendo en los últimos años

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Cuando se acercan estas fechas en las que ya ha arrancado el verano y los profesores han puesto las notas finales, comienzan dos meses largos de vacaciones para niños y docentes. Al igual que los deportistas corren el riesgo de perder la forma y ganar unos kilos en vacaciones después de la temporada, los niños y adolescentes aumentan la probabilidad de acumular grasa en esta estación del año.

Ya es verano, ¿y ahora qué hace mi niño?

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El tratamiento de la obesidad es una temática tan compleja que requiere indagar hasta encontrar qué motivos son los que hacen que acumulemos grasa y por qué. Mucho más allá de comer menos y moverse más, los factores de la obesidad son multifactoriales.

Un estudio publicado en BMC Public Health en octubre de 2023 puso como hipótesis que el aumento de la gordura y la diminución de la aptitud física en niños y adolescentes ocurría a mayor ritmo durante las vacaciones de verano.

Su teoría se asentaba en estudios previos que habían comparado las ganancias de peso durante el curso escolar y en las vacaciones, viendo que se producía ese empeoramiento de la forma en los meses sin colegio e instituto. ¿Por qué se produce este suceso?

Pérdida de los días estructurados

Al igual que nos ocurre a los adultos, durante las vacaciones los días pierden la estructura que solemos tener el resto del año. La hora de ir a dormir y de despertarse cambia, la hora de las comidas y el tipo de alimentos también, etc. El cambio en estos ritmos afecta al control del peso corporal al desregular patrones básicos del sueño, alimentación y hábitos en general.

Menos actividad física y peor dieta

En vacaciones los niños pasan más tiempo frente a las pantallas, lo que suele ir asociado a una ingesta excesiva de bebidas y alimentos poco saludables, como refrescos y chucherías. A lo largo del curso escolar los niños se mueven en el recreo, en las horas de Educación Física y a lo largo de la jornada escolar.

Además, esas horas no están comiendo los alimentos poco saludables citados en el párrafo anterior, en primer lugar porque están en clase y en segundo lugar porque llevan preparada la comida de casa.

El movimiento de "una hora de Educación Física diaria" muestra su importancia con estos datos en los que se ve cómo el poco movimiento que los niños tienen en el colegio hace controlar, al menos en la medida de lo posible, el ritmo de acumulación de grasa, a la vez que mejora el estado de forma.

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El entorno vacacional conduce a un aumento de la gordura y la disminución de la capacidad aeróbica, como ha dejado ver la literatura científica. Las intervenciones públicas para fomentar la actividad física en esta etapa, y por supuesto la promoción del movimiento desde la familia, son vitales para prevenir la obesidad y la pérdida del estado de forma.

Se pueden promocionar actividades como los campamentos de verano, lo que ayuda a conciliar mejor a los padres en el trabajo y permite divertirse y ser más activos a los niños. Otra intervención es la creación de competiciones deportivas que abarquen una amplia cantidad de deportes que atraigan a la mayor cantidad de niños.

En este saco cabe todo aquello que haga que el niño se mueva, desde unos cursos de natación en la piscina municipal hasta quedadas en bicicleta, o cualquier disciplina para estos niños que se quedan "huérfanos de actividad física". La familia no puede dejar todo el peso de estas intervenciones en la política, por lo que también pueden investigar qué le gusta a sus hijos y llevarlo a cabo en las horas disponibles.

Referencias

Olds, T., Dumuid, D., Eglitis, E. et al. Changes in fitness and fatness in Australian schoolchildren during the summer holidays: fitness lost, fatness regained? A cohort study. BMC Public Health 23, 2094 (2023). https://doi.org/10.1186/s12889-023-17009-4

Baranowski, T., O'Connor, T., Johnston, C., Hughes, S., Moreno, J., Chen, T. A., Meltzer, L., & Baranowski, J. (2014). School year versus summer differences in child weight gain: a narrative review. Childhood obesity (Print), 10(1), 18–24. https://doi.org/10.1089/chi.2013.0116

Moreno, J. P., Johnston, C. A., & Woehler, D. (2013). Changes in weight over the school year and summer vacation: results of a 5-year longitudinal study. The Journal of school health, 83(7), 473–477. https://doi.org/10.1111/josh.12054

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