Las razones por las que tomamos decisiones equivocadas después de dormir mal la noche anterior

Dormir bien es vital para la salud física y mental, hasta el punto que la falta de sueño afecta a nuestras emociones y decisiones

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¿Cómo afecta dormir poco o mal a tu estado de ánimo y toma de decisiones? El papel del sueño en nuestra vida va más allá de lo que podemos llegar a pensar. La deficiencia del sueño no solamente afecta a la salud general, funcionamiento del cerebro o rendimiento deportivo, sino que altera nuestra visión del mundo y puede afectar a la toma de decisiones.

Los efectos de dormir poco o mal en nuestro estado de ánimo y toma de decisiones

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La calidad y cantidad del descanso nocturno es fundamental para una adecuada salud integral. Nuestro cerebro funciona como una pizarra que se va rellenando de datos y tachones a lo largo del día y que necesita las horas de sueño recomendadas (entre siete y nueve) para organizar todos esos datos y eliminar los tachones.

Una sola noche en la que hemos dormido poco o hemos dormido de manera fragmentada puede afectar en gran medida a nuestro estado de ánimo y toma de decisiones. Si esa deficiencia en el sueño continua de manera crónica ya nos enfrentamos a síntomas más graves que van desde la alteración de la salud mental hasta problemas de salud.

La idea principal de este artículo es recomendarte que no tomes decisiones importantes después de dormir poco o mal la noche anterior. Nuestro cerebro funciona de manera diferente si no hemos hecho esa "limpieza de pizarra", dando lugar a las típicas frases de "cómo no lo había visto así", ya que la falta de sueño afecta al uso y regulación de las emociones.

¿Qué produce a nivel emocional no dormir bien la noche anterior?

Un grupo de investigadores realización un breve artículo en el que desarrollaban cuáles eran los efectos del sueño de baja calidad y de baja cantidad en la regulación y uso de nuestras emociones al día siguiente. De él se pueden extraer tres efectos muy llamativos y una conclusión muy clara que vamos a ver a continuación.

Una de las formas en las que afecta dormir poco o mal a nuestras emociones es que disminuimos nuestras actitudes optimistas, convirtiéndonos en personas más pesimistas ante una misma situación que veríamos de otra manera si hubiéramos dormido bien la noche anterior.

La falta de sueño también aumenta la rumiación, que es el acto de no dejar de darle vueltas a un mismo asunto. Al dormir poco aumentamos el riesgo de pensar más en una misma situación a lo largo del día, por lo que tenderemos a ocupar nuestros pensamientos por esa situación.

El tercer efecto de la falta de sueño que destacan los investigadores es que aumenta la distracción durante el día siguiente. Al estar más distraídos tendremos menos eficacia a la hora de estudiar, trabajar o hacer las tareas cotidianas del día.

La unión de todo lo anterior deja una conclusión clara: no tomes decisiones importantes después de una noche en la que has dormido poco o mal. Tus emociones pueden verse afectadas por la falta de sueño y tomar la decisión equivocada.

En Vitónica | Esto es lo que le pasa a tu cerebro cuando no te vas a dormir cada noche a la misma hora

Imágenes | Pixabay (Pexels), Andrea Piacquadio (Pexels)

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