Caminar es una actividad física infravalorada que tiene grandes beneficios para la salud. Sus beneficios están ampliamente respaldados por la ciencia, pero si buscamos maximizar dichos beneficios la caminata puede quedarse corta. Vamos a analizar la razón por la que caminar es una excelente idea, pero que como la pechuga de pollo seca, necesita un poco de adrezo para optimizar los beneficios del ejercicio físico en la salud física y mental.
Caminar está bien, pero no es suficiente
Las caminatas programadas son un tipo de ejercicio físico en que se establece un ritmo y una duración. En otra parte quedan las caminatas hacia el trabajo o los paseos descubriendo una ciudad, a este tipo de caminata se le denomina actividad física.
Hagamos una u otra, caminar por sí mismo se queda corto para perder peso y para optimizar las diferentes cascadas que el ejercicio físico produce en la salud humana. Saúl Sánchez es un nutricionista que divulga consejos online hablando, entre otras muchas cosas, sobre la efectividad de la caminata:
A pesar de lo que te hayan contado, caminar no es bueno para perder peso. Obviamente si todos los días te das un paseo de tres horas y tienes sobrepeso pues al final vas a acabar reduciendo el tejido graso, pero a costa de meter una cantidad de volumen de trabajo muy amplia que no es para nada eficiente
Necesitamos más intensidad y progresar dentro de la actividad
El Graduado en Nutrición Humana y Dietética con especialidad en Nutrición Deportiva y Nutrigenómica comenta en la su publicación que caminar es un ejercicio demasiado ligero. Además, las caminatas no permiten generar adaptaciones más allá de las iniciales si somos sedentarios porque nuestro cuerpo se adapta y necesita nuevos retos para salir de un estancamiento.
El entrenamiento de fuerza es una forma mucho más interesante de perder grasa, a la vez que mantenemos la masa muscular. Utilizar el tiempo de la caminata para levantar pesado y exigir contracciones intensas a nuestra musculatura hará mucho más por nuestra salud y composición corporal que salir a caminar 30 - 60 minutos cada día.
La unión hace la fuerza
Lo que yo siempre recomiendo a mis atletas, como entrenador certificado, es que establezcan prioridades en función del tiempo disponible. Si apenas tienes tres ratos a la semana para entrenar, ve al gimnasio y entrena todo tu cuerpo con ejercicios que engloben todos los grupos musculares.
Si además puedes sacar algunas horas extras y te gusta caminar, Zumba o la actividad que sea, hazlo, pero nunca eliminando la base de entrenamiento de fuerza. Lo que más te ayudará a perder peso es moverte en las tareas cotidianas del día a día: desplazamientos activos, subir y bajar escaleras, jugar con los hijos en el parque, etc.
A lo largo del día debemos crear déficit energético en el que las calorías que gastamos de más, y no ingerimos, son obtenidas por los almacenes corporales, especialmente de la masa grasa si lo hacemos bien. Por lo tanto, si te gusta caminar cada día, hazlo, pero no sin antes dedicar al menos tres sesiones al entrenamiento de fuerza.
Imágenes | Kelly Sikkema (Unsplash)
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