Desde hace mucho tiempo se decidió declarar la guerra a los hidratos de carbono por parte de muchas personas que buscan perder esos kilos de más. De hecho hay muchos que aún entrenando duro han dejado de ingerir hidratos, algo que va reñido y que no se puede, y es que los hidratos deben formar parte importante en la dieta de todo deportista.
Es cierto que un exceso de hidratos puede ser contraproducente para nuestro organismo. A esto hay que sumarle la calidad de los mismos, pero si hacemos deporte de manera habitual será necesario que estén presentes en nuestra dieta para poder afrontar las rutinas de la mejor manera.
El proceso de obtención de energía
Ante todo es muy importante que tengamos en cuenta el funcionamiento muscular a la hora de entrenar. Por norma general los entrenamientos de fuerza se basan en la elevación de cargas pesadas en un periodo de tiempo corto, por lo que los músculos necesitarán energía inmediata, que es lo que se denomina energía explosiva. Esta se obtiene de la glucosa acumulada en el organismo, no de las reservas de grasa.
El proceso de obtención de esta energía es sencillo, para ello es necesario tener una buena carga de glucosa, que es de donde sacaremos esa energía instantánea. El problema es cuando no la tenemos, ya que el cuerpo obtendrá esa energía de la grasa, pero es un proceso más lento y no cubrirá esa demanda inmediata, por lo que los músculos no responderán de la manera adecuada frente al ejercicio.
Las cargas de glucosa del cuerpo
La carga de glucosa se contiene a partir de los hidratos de carbono que ingerimos a través de los alimentos. Sobre todo de los hidratos simples que el organismo asimila rápidamente y los pone a nuestra disposición. Es cierto que si vamos a realizar ejercicio es mejor llevar a cabo una buena carga de glucosa justo una hora u hora y media antes de practicarlo para que los músculos tengan la energía necesaria para responder.
Hidratos simples y complejos
Para conseguir esta perfecta carga de hidratos lo mejor son los simples. Si por el contrario queremos una energía más constante para el resto de la jornada o para realizar otra actividad que no requiere fuerza explosiva como el ejercicio aeróbico, será mejor echar mano de hidratos complejos que el cuerpo asimila poco a poco y se liberan lentamente. De este modo evitaremos una alta carga de glucosa que si no consumimos el cuerpo acumulará en forma de grasa.
Como hidratos simples destacaremos las harinas refinadas que encontraremos en el pan normal, la pasta normal o el arroz entre otros. Los hidratos complejos los encontraremos en las harinas integrales en todas sus variedades.
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