Las legumbres son un grupo de alimentos con valiosas propiedades para el organismo que podemos consumir secas o de bote. En caso de emplear las primeras resulta muy importante remojarlas; te contamos por qué y cómo hacerlo de forma adecuada.
Porque remojar las legumbres previo a su cocción
Al utilizar legumbres secas resulta de mucha utilidad el remojo previo la cocción. Esto es importante sobre todo, para facilitar el proceso de cocción y acortar tiempos.
Asimismo, el remojo de las legumbres resulta fundamental para reducir su contenido al antinutrientes y favorecer la hidratación de las mismas.
El contenido de saponinas que impiden la correcta absorción del hierro y de oxalatos que alteran la disponibilidad de calcio así como de hierro en el organismo, se reduce considerablemente tras el remojo de las legumbres previo a la cocción.
Por todo esto, resulta fundamental remojar las legumbres secas antes de ser cocinadas, sea cuál sea el método que vayamos a emplear.
Cómo realizar un remojo adecuado
Para realizar un correcto remojo de las legumbres, se aconseja colocar en un recipiente relativamente profundo la cantidad de legumbres que vamos a emplear y cubrirlas con agua suficiente, que puede ser del grifo sin inconveniente.
Es importante no sólo poner agua al ras de las legumbres en el recipiente, ya que la misma será insuficiente para hidratarlas. Por el contrario, es aconsejable superar el nivel de las legumbres con agua de manera tal que durante las horas de remojo no se absorba la totalidad de la misma.
Podemos tapar el recipiente en el cual se remoja la legumbre y es aconsejable que el remojo se lleve a cabo por el menos seis u ocho horas siendo este tiempo variable de acuerdo a la dureza y el tamaño del grano de la legumbre que vamos a cocinar.
Tras el remojo retiramos el agua excedente y colocamos en un recipiente con agua a punto de ebullición para hervirlas, o de lo contrario, le damos el uso que pretendemos darle a cada legumbre seca ya hidratada.
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