Desde hace varios años, el huevo viene siendo uno de los alimentos que mayor controversia genera en la comunidad científica en torno a su consumo y las implicaciones en la salud humana.
Antes se creía firmemente que el consumo de huevos elevaba el colesterol, por lo que la recomendación sanitaria generalizada era la de limitar su consumo a unas pocas unidades a la semana.
Sin embargo, en los últimos tiempos hemos descubierto a través de la evidencia científica que los huevos no son tan perjudiciales para nuestra salud, y que además pueden tener ciertos beneficios relacionados con la mejora de algunos parámetros y marcadores bioquímicos de nuestro organismo.
En el post de hoy te contamos cuáles son los beneficios del huevo hacia nuestra salud y cuántos puedes comer a la semana.
La grasa del huevo no es perjudicial
Tradicionalmente, hemos vinculado la grasa de origen animal con un perjuicio para la salud, principalmente por su elevado graso de saturación. Las grasas saturadas llevan años siendo el enemigo público número 1 en el sector alimentario, ya que su ingesta dietética se ha vinculado fuertemente con el desarrollo de distintas dolencias cardiovasculares y enfermedades como la hipertensión arterial.
Sin embargo, cada vez tenemos más pruebas de que la grasa saturada no es perjudicial en sí misma, sino que depende mucho del alimento que la contenga. Esto, junto a otras cuestiones más amplias, hace que alimentos como los lácteos o huevos no estén catalogados en la actualidad como alimentos insanos.
Además, si analizamos la composición nutricional del huevo veremos que también posee una cantidad elevada de grasa insaturadas —siendo su proporción incluso mayor que las saturadas—, donde destacan las monoinsaturadas por encima del resto.
Esta situación cambia totalmente si nos referimos a productos ultraprocesados o derivados cárnicos ricos en grasa —como el bacon por ejemplo— los cuales están repletos de grasa saturada que afecta a nuestra salud negativamente.
¿Por qué no todas las grasas son iguales?
La explicación científica a este hecho se divide en dos partes. Por un lado, encontramos estudios científicos que parecen otorgar una mayor relevancia a la longitud del ácido graso que forma la grasa en cuestión, siendo mucho más importante que si esta se cataloga como saturada o insaturada según el número de dobles enlaces químicos.
Por otro lado, hemos descubierto que un alimento es mucho más que sus ingredientes individuales, y que la suma de ellos y sus interacciones resulta en si el alimento es más o menos saludable. Esta afirmación se basa en el concepto de matriz alimentaria, y podemos encontrar muchos ejemplos que permiten entenderla mejor, como es el caso del zumo y la fruta o el pan refinado e integral.
Proteína de gran valor biológico
En lo que a proteínas se refiere, el huevo es uno de los alimentos que posee el mejor perfil proteico de la naturaleza. De hecho, es considerado como patrón de referencia a la hora de estimar la composición en proteínas de otro alimentos, ya que el huevo posee todos los aminoácidos esenciales para el correcto funcionamiento del organismo humano.
Esto no quiere decir que no podamos obtener proteínas de otras fuentes —de hecho es posible hacerlo con una dieta vegetariana o vegana—, sin embargo siempre será más sencillo obtener proteínas de calidad a través del huevo que de otro tipo de alimentos.
¿Debemos reducir el colesterol en la dieta?
Cada vez contamos con más estudios que contradicen la idea de que el colesterol sérico —es decir, el colesterol que tenemos en sangre— puede verse afectado notablemente a través del colesterol que ingerimos en la dieta, al menos en la mayoría de la población.
Esto, por supuesto, no sucede en aquellas personas que padecen alguna enfermedad metabólica previamente, ya sea cardiovascular o diabetes, por ejemplo. En estos casos sí que debería limitarse la ingesta de huevos a unas pocas unidades por semana.
Si hablamos del global de la población sana, estas conclusiones rompen con muchas recomendaciones en torno al consumo de huevo ya que tradicionalmente se ha limitado su consumo por el supuesto perjuicio en torno al balance de LDL y HDL —componentes mal llamados colesterol malo y bueno, respectivamente—. Este desajuste supuestamente favorecía la aparición de enfermedades cardiovasculares, pero actualmente sabemos que no es así.
¿Cuántos huevos puedo comer a la semana?
No existe una cifra recomendable que sea igual para todas las personas. Lo que sí sabemos es que no existen motivos actualmente para limitar el consumo de huevos como tradicionalmente se venía haciendo.
Varias investigaciones de gran tamaño sobre el consumo moderado de huevos han concluido que consumir hasta un huevo por día no está asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca en individuos sanos. Sin embargo, esta recomendación deberá adaptarse a las circunstancias individuales de cada persona teniendo en cuenta otros factores externos a la dieta, como la frecuencia e intensidad de la práctica deportiva.
Además, debemos recordar que otros alimentos como los granos enteros y frutas están relacionados de forma mucho más firme con un menor riesgo de enfermedad cardíaca. Es más, cuando se trata de proteínas, las fuentes vegetales como las nueces y las semillas están relacionadas con una menor mortalidad cardiovascular, especialmente en comparación con la carne roja y otros alimentos de origen animal.
En general, podemos concluir que el huevo es un alimento saludable. Sin embargo, siempre tendremos que considerar el contexto global de la dieta de cada individuo para poder evaluar si la frecuencia de su consumo se adapta a un patrón y hábitos saludables a largo plazo.
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