A todos nos llama la atención el llamativo marketing que llevan a cabo las empresas de suplementación deportiva para que compremos sus batidos de proteína, y en especial si somos novatos y acabamos de empezar en el gimnasio.
Lo cierto es que en muchos casos, estos batidos sí que pueden optimizar las adaptaciones al ejercicio (es decir, el retorno de inversión que nos genera el entrenamiento), pero, ¿cuáles son estos casos?
Esto es lo que realmente estás comprando cuando adquieres un batido de proteínas
A diferencia de lo que muchos creen, los batidos de proteína no son ilegales, no van a matarte, no van a causarte patologías hepáticas y renales, y no van a generarte calvicie.
Habiendo aclarado lo que no son, y habiendo desmitificado unas cuantas afirmaciones muy comunes, vamos a ver lo que realmente son estos productos.
Por lo general, los batidos de proteína más vendidos están elaborados con proteína de suero lácteo (de ahí el nombre: whey protein). Esta no es más que una fracción de la proteína de la leche, que se asemeja bastante a las proteínas que tenemos en nuestro cuerpo y esto lo hace una proteína de una gran calidad, ya que se absorbe, asimila y utiliza de una forma muy eficiente.
A esta proteína de suero simplemente se le extrae el agua y se atomiza para generar partículas muy pequeñas que luego puedan rehidratarse. En muchos casos además se les añade edulcorante u otros componentes como creatina o incluso cafeína. Posteriormente se envasa y se transporta hasta los puntos de venta, y este sería, de forma muy resumida, todo el proceso de fabricación de la proteína de suero.
Cuándo pueden ser de utilidad estos batidos de proteínas
Lo cierto es que todo el mundo puede beneficiarse de tomar estos batidos (a excepción de personas con patologías renales, hepáticas y/o relativas al metabolismo de los aminoácidos ya existentes. Repito; ya existentes), aunque no siempre son necesarios.
En deportistas que generen un gran daño muscular con sus entrenamientos, consumir estos productos sí que puede generar una diferencia notable de cara a mejorar la recuperación y favorecer la ganancia de tejido libre de grasa.
Estos entrenamientos que causan un alto daño muscular son aquellos que se practican a muy alta intensidad; por ejemplo, series de peso muerto a dos o tres repeticiones con el 90% del 1RM (es decir, del peso que somos capaces de levantar en una única repetición).
Este tipo de entrenamientos provocan una alteración de las microfibrillas que necesitan volver a su homeostasis o equilibrio inicial, y por ello, una vez terminado el entrenamiento necesitan un descanso suficiente y una nutrición adecuada. En este caso, y si la ingesta de proteína es insuficiente (lo cual varía enormemente de una persona a otra), puede ser de utilidad consumirlos.
Por otra parte, en personas que necesitan subir de peso y se les hace difícil o en personas que simplemente no tienen mucha hambre, estos batidos también pueden funcionar bien para introducir en la dieta una proteína de muy buena calidad y una fuente extra de calorías con un menor poder saciante que los alimentos sólidos.
Cuándo no es necesario que los tomes o no deberías tomarlos
Como ya hemos comentado, si sufres alguna patología similar a las que hemos nombrado anteriormente, a priori no deberías recurrir a estos suplementos.
Si ya estás consumiendo una cantidad suficiente de proteínas o si además tu entrenamiento no está generando un daño muscular suficiente, tampoco es necesario que consumas estos suplementos.
En cualquier caso, aunque los suplementos pueden ayudar, son simplemente eso; una ayuda, y deberías tratarlos como tal. Mi consejo es que te preocupes de lo principal y le des prioridad a tu entrenamiento, tu descanso y tu alimentación, y una vez estén bien cubiertos estos puntos, te preocupes por los suplementos.
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