Era algo avisado por los expertos y es que cualquier dieta milagro consigue perder peso de forma rápida en los primeros días pero al cabo del tiempo ese peso se acaba recuperando e incluso aumentando. La dieta Dukan no era una excepción y según las revistas Santé-médecine y Journal de Femme, de entre cinco mil personas el 80% de las que siguieron este tipo de dieta recuperaban el peso al cabo del tiempo.
La dieta Dukan no sirve a largo plazo y aunque presume de no ser una dieta milagro sino de una forma de alimentación, la restricción drástrica de macronutrientes en distintas fases de la dieta Dukan genera un efecto rebote importante que después pasa factura.
El doctor Dukan se consuela diciendo que las dietas tradicionales de restricción calórica fracasan en un 95%, pero la cuestión es que el método no es ni mucho menos la forma más saludable de perder peso, sobre todo en sus primeras fases, que suponen un revés importante al normal metabolismo del cuerpo.
Hoy en día la forma más saludable para perder peso no consiste en hacer dietas, sino en hacer un cambio progresivo de hábitos que conlleven una alimentación más equilibrada y justa en calorías, por supuesto sin olvidar la combinación con la actividad física.
A la dieta Dukan se le han asociado problemás médicos tales como cefalea, problemas renales, óseos, hepáticos, estreñimiento y cambios en el humor. Los extremos son malos y este método se va al extremo cuando en ciertos días solo se pueden consumir proteínas, lo que deja al organismo sin macronutrientes que son necesarios.
No nos cansaremos de decir que cualquier método o dieta milagro solo pueden tener resultados a corto plazo e ir en contra de nuestra salud. Hay que partir de ir a un especialista y cuando él valore nuestro caso y atendiendo a nuetras características, horarios y preferencias, hará una dieta basada en pequeños cambios de hábitos adecuados solamente a nosotros y que son a la larga cuando dan los mejores resultados.
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