Siempre recomendamos masticar más cada bocado y escoger alimentos con fibra porque exigen mayor tiempo en el estómago y tardan más en digerirse, pues ahora, podemos fundamentar este consejo con un nuevo estudio que señala que los alimentos duros pueden ayudarte a comer menos.
La investigación publicada en Plos One, realizada con 50 individuos sanos, de peso normal, y de entre 20 y 29 años de edad, comprobó que la ingesta de alimentos duros reduce el consumo calórico en alrededor de un 13% respecto a cuando se ingieren alimentos blandos.
A los evaluados se les pidió que comieran la cantidad deseada de comida en dos días diferentes. Una de las comidas era hamburguesa con pan, lechuga y tomate y ensalada de arroz con vegetales cocidos, mientras que la versión dura era la misma hamburguesa con un pan de mayor dureza y ensalada de arroz con cubos de vegetales crudos.
Posterior a la ingesta los encuestados señalaron similar sensación de plenitud, es decir, se saciaron igual con los alimentos duros y blandos, pero consumieron un 13% menos de calorías con los primeros.
La reducción calórica a la que conduce la ingesta de alimentos duros puede deberse al procesamiento oral que requieren los mismos, pues conllevan un mayor tiempo de consumo y más masticación, así como también, pueden estimular la ingesta de agua dado que se perciben como más secos al paladar.
Ya hemos dicho que comer despacio realmente funciona para comer menos y masticar más es de gran ayuda, por eso, incluir alimentos duros en nuestros platos puede ser un valioso recurso para comer menos.
Podemos cambiar vegetales cocidos por su versión cruda y con piel, escoger cereales integrales, añadir semillas, legumbres o frutos secos a las comidas e intentar lograr platos con más textura y dureza para favorecer una reducción calórica en la dieta, casi sin darnos cuenta.
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