Una de las cosas que más suele fastidiar a un buen practicante del deporte es no poder hacer lo que más le gusta a causa de un resfriado o catarro. Lo más normal es que al menor síntoma nos quedemos en casa si hacer nada, pero reconociendo los síntomas podemos saber si podemos o no podemos entrenar ese día.
Evidentemente si los síntomas son graves no hay nada que hacer, pero con una sintomatología leve se puede hacer una actividad física moderada que incluso puede resultar beneficiosa para curarnos antes.
Hay una regla bastante buena: si los síntomas son por encima del cuello, como estornudos, rinitis, nariz tapada o moqueo, podemos seguir con nuestro plan de actividad
En cambio, si los síntomas son por debajo del cuello: congestión, tos seca, dolor de garganta o barriga, debemos posponer el entrenamiento. Con más razón aún si tenemos fiebre, debilidad o dolor muscular generalizado.
Si los síntomas son leves y optamos por seguir con el ejercicio, nada más acabar, una buena ducha y a abrigarse, sino agravaremos aún más la situación.
Vía | Mayo Clinic En Vitónica | Evitar resfriados haciendo deporte En Vitónica | Diferencias entre una gripe y un resfriado