Entrenas una hora al día, ¿qué pasa con las 23 horas restantes?

Entrenas una hora al día, ¿qué pasa con las 23 horas restantes?
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"Entreno todos los días y no veo resultados", "me mato en la cinta de correr y no bajo de peso", "llevo entrenando un año y no se me nota nada"... Seguro que os suenan estas frases y que las habréis escuchado en boca de vuestros amigos o conocidos, o incluso las habéis dicho vosotros mismos. Si entreno una hora todos los días, ¿por qué no progreso?

Al margen de que habría que evaluar cómo es el entrenamiento que realizas en esa hora diaria en cuanto a intensidad, pesos, distribución, elección de los ejercicios... también debemos tener en cuenta que una hora de ejercicio es más o menos un 4% de tu día, ¿qué haces las 23 horas restantes?

Cómo pasamos el resto del día importa más de lo que creemos a la hora de obtener resultados: se trata de nuestro estilo de vida, de mantenernos activos y preocuparnos por nuestra salud durante más tiempo que una hora diaria. El fitness es un todo cuyos componentes no pueden aislarse: entrenamiento, alimentación, descanso y estilo de vida.

Hagamos cuentas: ocho horas para trabajar (generalmente sentados en una silla delante del ordenador), ocho horas para dormir (más o menos, pero eso sería lo óptimo), una hora para entrenar. Nos siguen quedando otras cinco horas en las que podemos elegir qué hacer. Mi consejo: ¡muévete!

  • Sí, necesitas tiempo para ir al trabajo y volver: ¿qué tal si escoges la bicicleta como tu medio de transporte, o si te bajas una parada antes del bus o del metro, o si aparcas una manzana más lejos de tu centro de trabajo?
  • Sí, necesitas tiempo para dedicar a tu pareja y a tus amigos: ¿qué te parece si en lugar de hacer los planes de siempre (¿te suena "peli + pizza"?) planeáis algo diferente como salir a dar un paseo o hacer una actividad al aire libre en grupo? ¿Cuándo fue la última vez que quedásteis para jugar un partido de fútbol?
  • Súmale también el tiempo para hacer otras cosas necesarias: las tareas de la casa (limpiar no es entrenar, pero también te mueves), ir a hacer la compra (conviértela en una compra fit: saca las patatas y los refrescos y apuesta por la comida más sana, que haga juego con tus sesiones de entrenamiento), pasear a tu perro (juega con él, no te limites a lanzarle la pelota y que te la traiga).
  • En las pequeñas acciones realizadas durante mucho tiempo y convertidas en un hábito es donde reside el éxito de tu estilo de vida fitness. ¡No "seas fitness" solo una hora al día!

    Imagen | Thinkstock
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