No hay razón por la cual debamos pensar que practicar yoga es incompatible con entrenar en el gimnasio. El yoga es una disciplina que, apartado mental aparte, requiere de altos niveles de flexibilidad y movilidad. Esto para algunos puede significar que realizar un entrenamiento de fuerza en el gimnasio es incompatible con el yoga, pero debemos recordar que la fuerza es la única capacidad física básica fundamental a través de la cual pueden expresarse las demás, como son velocidad y resistencia.
La flexibilidad tradicionalmente ha sido considerada como la cuarta capacidad física básica pero según algunos autores como el Doctor Julio Tous, la flexibilidad junto con la coordinación sería una capacidad facilitadora de las mencionadas en el párrafo anterior.
De esta manera, combinar el entrenamiento en el gimnasio con yoga puede hacernos mejorar en este último y viceversa puesto que para la ejecución de determinados asanas no solo se requiere de gran flexibilidad sino también de la fuerza suficiente para llevar los músculos al límite de su rango articular y mantenerlo.
Handstand push-ups
Muchos asanas requieren de una cintura escapular móvil y estable como el Bakasana o postura de la grulla o Mukha Svanasana o postura del perro. Son posturas donde gran parte del peso de nuestro cuerpo o su totalidad, descansan en nuestros brazos, y estos a su vez, requieren de una base firme sobre la que sustentarse, es decir, los hombros y todo su complejo articular.
Ejercicios como el handstand push-up pueden facilitarnos la ejecución de estos asanas.
Turkish get-up
Una práctica pulcra del yoga, requiere de un core fuerte que sea capaz de lidiar con las perturbaciones y exigencias que los diferentes asanas ponen sobre nuestra columna.
Un buena forma de asegurar esto es la inclusión de ejercicios de anti-movimiento en nuestras rutinas en el gimnasio, pero si tuviéramos que elegir un ejercicio de core todoterreno, ese sería el turkish get-up.
Es importante memorizar cada paso sin saltarse ninguno y sin apoyarse con las extremidades si el paso que estás realizando no lo permite.
Peso muerto rumano
La cadera es una de las articulaciones que más protagonismo cobra en muchos de los asanas como el Uttanasana o postura de la pinza o Kapotasana o postura de la paloma. Una buena movilidad de esta articulación se consigue con unos músculos fuertes y flexibles, que permitan que esta desarrolle su máximo potencial de movimiento.
Uno de los grupos musculares que más pueden limitar la movilidad de la cadera es el de los isquiosurales por lo que ejercicicios como el peso muerto rumano en los que los isquiosurales trabajan en estiramiento pueden ser útiles.
Esto se debe a que en muchas ocasiones, la rigidez de un grupo muscular como los isquiosurales se debe a que nuestro sistema nervioso no considera seguros según que rangos de movimiento articular y provoca una contracción refleja para que este músculo deje de estirarse más allá de lo que considera razonable. En la mayor parte de los casos, el cerebro no tiene de qué temer, por lo que llevar a estos músculos y articulaciones a rangos de movimiento completos bajo una carga mecánica, puede ayudar a que el cerebro inhiba estas respuestas.
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Vídeos | Anabel Ávila, StrongFirst, MuEnViFitness