Como ya sabemos los estiramientos son fundamentales para mantener una correcta salud muscular. Muchas veces no sabemos como ni cuando llevarlos a cabo, por ese motivo desde Vitónica vamos a invitaros a estirar mientras nos duchamos, ya que es un momento ideal a causa de lo relajados que nos sentimos y de lo bien que se encuentran los músculos para poder afrontar los estiramientos.
Ya sabemos que los estiramientos son la mejor manera de eliminar tensiones musculares y conservarlos jóvenes por más tiempo, pues activamos la circulación y mejoramos el estado no solo de los músculos, sino también de las articulaciones en general. Realizar esto en la ducha es una de las mejores maneras de conseguir una total relajación. Es importante que sepamos como se puede realizar, simplemente nos hace falta una bañera o una ducha, ya que los estiramientos se pueden llevar a cabo en cualquier sitio.
No debemos olvidar que el agua caliente es una buena forma de mantener los músculos con una buena temperatura para poder estirar el cuerpo sin sufrir ningún tipo de desgarro o dolor. Por este motivo vamos a aprovechar el momento. Es cierto que se pueden realizar en la ducha, pero la mejor opción es hacerlo en la bañera que mantenemos mejor la temperatura y el cuerpo está más preparado para estirar.
Para comenzar podemos estirar las piernas. Sentados en la bañera y con las piernas estiradas podemos encoger una pierna contra el pecho y mantenerla en esta posición durante un rato. Es necesario que lo hagamos con ambas piernas para conseguir un perfecto estiramiento. De esta manera estiraremos todos los músculos de las piernas y los de la zona lumbar.
Otro ejercicio que podemos llevar a cabo consiste es juntar las palmas de las manos y elevarlas por encima de la cabeza. Con los brazos estirados debemos inclinarnos lentamente por cada lateral hasta donde podamos. Debemos mantener esta postura durante unos segundos notando que todos los músculos laterales del cuerpo se estiran en su totalidad.
Un clásico a la hora de estirar es colocarnos de pie, con la espalda y las piernas rectas. En esta postura debemos comenzar a agacharnos manteniendo siempre las piernas rectas hasta intentar tocar los dedos de los pies. Es importante que apuremos al máximo y bajemos todo lo que podamos para aguantar unos segundos en esta postura y así conseguir estirar todos los músculos de la espalda.
Estos son algunos ejemplos de lo que podemos realizar en la ducha, pero es importante que sepamos improvisar y cambiar las rutinas, ya que estirar nada más levantarnos es una buena manera de poner a punto nuestros músculos y articulaciones para poder afrontar la actividad cotidiana y así prevenir muchas lesiones. Además, la ducha es el medio ideal para lograrlo, eso sí, siempre tenemos que realizar movimientos lentos y suaves. El estiramiento debe ser relajado, y en ningún caso tiene que suponer un sufrimiento para los que lo llevamos a cabo.
Imagen | mckenna71
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