Pasar ocho horas en la cama es muy diferente a dormir ocho horas. La calidad del sueño depende de varios factores, como la apnea obstructiva del sueño. Esta patología afecta a gran parte de la población y nos hace que nos levantemos fatigados, a pesar de "haber dormido" ocho horas. ¿Cómo podemos mejorar, e incluso eliminar, esta afección que nos impide dormir bien?
Apnea obstructiva del sueño: causa por la que nos despertamos cansados
La apnea obstructiva del sueño es una alteración del sueño que se manifiesta mediante paradas respiratorias (apneas) mientras dormimos. Puede ser leve, moderada o severa según la cantidad de apneas que se produzcan por hora.
Existen casos graves donde se presentan una gran cantidad de apneas durante la noche, algunas incluso de dos minutos de duración. Este tipo de apenas generan diferentes mecanismos que hacen que nos despertemos constantemente para volver a respirar.
Esos "microdespertares", que es realmente como se conocen, puede pasar desapercibidos porque no siempre nos despertamos completamente, pero sí se nota cuando nos levantamos al día siguiente con fatiga y cansancio por no haber descansado bien.
¿Cuáles son los factores que aumentan el riesgo de agravar la apnea del sueño?
En España se estima que unos 9 millones de adultos padecen apnea obstructiva del sueño, debido principalmente al aumento de la obesidad. Dicha obesidad, el síndrome metabólico, la diabetes, el consumo de alcohol o el tabaquismo son los principales factores que estrechan y bloquean las paredes y músculos de las vías respiratorias.
Ese cambio anatómico, además de otros como la disminución del volumen pulmonar y un peor control de la respiración, propicia esa obstrucción de la entrada y salida del aire que da como lugar a esta alteración respiratoria que dificultará la mejora de nuestro descanso.
¿Cómo lo notamos y nos afecta en nuestro día a día?
Durante la noche se producen ronquidos muy fuertes y despertares bruscos con la sensación de jadeo o atragantamiento. Eso desembocará en cansancio y agotamiento porque, aunque hayamos dormido ocho horas, ese sueño no ha sido reparador por esos despertares continuos.
Puede notarse cuando intentamos leer, ver la televisión o conducir, pero sentimos una somnolencia excesiva. También afectará a nuestras funciones ejecutivas a la hora de mantener la atención o memorizar, así como a aspectos físicos disminuyendo nuestro rendimiento.
Nuestro estado de ánimo también puede empeorar al sentirnos más irritables por esa fatiga física y mental que supone un mal descanso. A medio y largo plazo pueden llegar alteraciones graves la inflamación sistémica, causante de enfermedades cardiovasculares y metabólicas que van desde hipertensión o infartos, hasta cáncer.
Actividad física y hábitos saludables para remitir la apnea obstructiva del sueño
Las alteraciones moderadas y graves de esta patología se tratan con un dispositivo que se instala para dormir, poniéndose una máscara que suministra aire a presión a la nariz y a la boca para que no se produzca esa obstrucción en el sueño. Este tratamiento es eficaz, pero es crónico y no mejora la patología, aunque sí los síntomas.
Por lo tanto, sirve como un parche para descansar mejor durante la noche y evitar la fatiga y cansancio asociados, pero todas las noches tendremos que hacer uso de dicho dispositivo. Eso supone que hasta un 30% - 40% de personas abandonan el tratamiento.
¿Existe alguna forma que no requiera de una máquina y además mejore las consecuencias?
La dieta adecuada y el ejercicio físico necesario mejoran significativamente los factores que causan la apnea obstructiva del sueño, así como los síntomas que se general al dormir mal. Al inicio se complementará con la máquina que nos ayuda a evitar la obstrucción del aire mientras dormimos, pero con el transcurso del tiempo incluso eliminarla. Eso sí, es un proceso lento y constante.
Hemos visto como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes son tres de los principales protagonistas que pueden dificultar el flujo de aire a través de las vías respiratorias. No es nada nuevo que el ejercicio y la nutrición son las estrategias principales para contrarrestar estas alteraciones metabólicas.
La mejora de hábitos también juega un papel principal, ya que el tabaco y el alcohol también empeoran estas apneas del sueño. Una intervención adecuada de tan solo dos meses, que combine una dieta para perder peso con ejercicio físico y una mejora de hábitos disminuye en torno a un 50% el número de apneas del sueño en los casos graves, así como la necesidad de utilizar la máquina para dormir.
Mensaje para leer en la cama
El sueño juega un papel principal en nuestra salud física, mental y social. Una mala calidad del mismo puede deberse por una gran cantidad de causas, así como genera un larga lista de consecuencias. La apnea obstructiva del sueño es una de tantas patologías que influye en el sueño y que puede tratarse con dieta, ejercicio físico y hábitos saludables.
Al igual que el ciclo de la vida, la falta de sueño es un ciclo que se retroalimenta. La falta de actividad física y unos malos hábitos nos hacen dormir peor. Al dormir peor aparecen consecuencias que nos harán dormir peor aún. Al dormir peor aún surgirán consecuencias más preocupantes que empeoran más todavía la calidad del sueño.
La apena obstructiva del sueño es un ejemplo de ello. Si ya la cursas, o alguien de tu entorno tiene esta patología, puedes detener el bucle con dieta, ejercicio físico y hábitos saludables, o empeorarlo con con una mala alimentación, sedentarismo y un estilo de vida poco saludable.
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