En la década de los 70, Pauling y Cameron justo con el tratamiento convencional, realizaron en pacientes con cáncer avanzado, infusiones intravenosas de 10 g de ascorbato diariamente. Aparentenmente, la vida de estos se prolongaba.
Más adelante, la clínica Mayo repitió los estudios de Pauling y Cameron; esta vez vía oral, aunque no encontraron ningún beneficio. Se cree que las diferencias farmacocinéticas de las distintas vías, fueron las causantes de que los datos fuesen contradictorio.
Actualmente, aunque es necesario el apoyo de más ensayos clínicos que lo sustenten, los datos apuntan a que sí podría tener un uso clínico en pacientes con cáncer.
La vitamina C es importantísima para muchas funciones biológicas. Sin embargo, su estado en pacientes oncológicos no se evalúa en la práctica clínica. Aun así, hay estudios que han mostrado que su concentración plasmática y tisular (como en glóbulos blancos) es baja. Aunque una correcta alimentación puede paliar esta hipovitaminosis, parece ser que son necesarias cantidades más elevadas que las ingestas dietéticas normales y por vía intravenosa.
Los mecanismos anticancerígenos más aceptados son los siguientes:
- Generación de peróxido de hidrógeno. La vitamina C no es un agente prooxidante, pero si tiene un efecto indirecto por medio de la reducción de los cationes férricos y cuprosos. Se ha postulado que en el fluido extracelular del microambiente tumoral hay una mayor cantidad de estos iones, por lo que al reducirse, generan peróxido de hidrógeno al reducir el oxígeno a radical superóxido. También se ha propuesto que el transporte de ácido dehidroascórbico en células tumorales que sobreexpresan GLUT1, puede tener un efecto oxidante por medio de la oxidación del glutatión.
- Como cofactor de enzimas para la estabilización de la estructura del colágeno, aumentando la encapsulación de tumores por colágeno; como regulador de la subunidad alfa del factor 1 inducible por hipoxia (HIF-1α) al ser un cofactor de las hidroxilasas HIF, etc.
- Efecto antioxidante y antiinflamatoria por la disminución de marcadores de estrés oxidativo como el malondialdehído o F2 isoprostanos y citoquinas proinflamatorias.
La vitamina C podría ser una ayuda en la terapia contra el cáncer porque, en parte, los pacientes oncológicos presentan hipovitaminosis (por debajo de 23 μmol/L y, algunos, por debajo de los 11 μmol/L) . Son muchas las dudas que surgen alrededor de usar la vitamina C como terapia coadyuvante.
¿ES PREFERIBLE LA RUTA INTRAVENOSA A LA ORAL?
Cuando en los años 70, Cameron y Pauling y, a posteriori, la Clínica Mayo hicieron sus estudios sobre la vitamina C, encontraron resultados diferentes debido a la ruta de administración. En los 90, Mark Levine destacó las diferencias farmacocinéticas entre ambas rutas. Parece ser que la ruta IV es más eficiente ya que por vía oral se regula por el transportador de vitamina C dependiente de sodio (SVCT1).
¿ES SEGURA?
Parece ser que sólo 1% informa de efectos secundarios leves como pueden ser letargo o fatiga. Aun así, hay que tener especial cuidado en pacientes con disfunción renal ya que pueden acumularse cristales de oxalato de calcio y en aquellos con un déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD). Puede, con algunos medidores, dar falsos positivos de alta glucemia, por lo que se recomienda medir la glucosa en estos pacientes por absorbancia
¿INTERFIERE CON LA QUIMIOTERAPIA O LA RADIOTERAPIA?
Parece ser que no habría problema porque muchos de los agentes quimioterapéuticos no actúan a través de mecanismos oxidativos. Aun así se recomienda que pase un trascurso de 5 vidas medias entre la administración de vitamina C y la quimioterapia. Con respecto a la radioterapia, parece ser que podrían actuar de manera sinérgica, aunque hacen falta más estudios.
¿DISMINUYE LOS EFECTOS TÓXICOS DE LA QUIMIOTERAPIA?
Sí que disminuirían los efectos tóxicos, reduciendo síntomas como fatiga, náuseas, vómitos, insomnio, pérdida de apetito, etc., mejorando el funcionamiento físico, emocional, cognitivo y social.
DOSIS, FRECUENCIA Y DURACIÓN
Aunque actualmente es imposible dar una respuesta, se hizo una encuesta a muchos profesionales de la medicina y los resultados mostraron un promedio de 28g por dosis, una frecuencia de 2 veces por semana y 19 tratamientos por paciente.
Finalmente, aclaramos que no es algo que esté demostrado, sino que nos basamos en las conclusiones de distintos estudios.
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Estudios | Carr, A. C., & Cook, J. (2018). Intravenous vitamin C for cancer therapy–identifying the current gaps in our knowledge. Frontiers in physiology, 9, 1182.Vissers, M., & Das, A. B. (2018). Potential mechanisms of action for vitamin C in cancer: reviewing the evidence. Frontiers in physiology, 9, 809.