La mayoría de las enfermedades tienen un denominador común: la inflamación y el estrés oxidativo. Los hábitos puedes controlar estos enemigos de la salud, o hacer que aumenten. La nutrición es uno de nuestros mejores aliados para evitar la oxidación y la inflamación, existiendo alimentos como el aceite de oliva que son la mejor arma con la que contamos para ello. Un estudio reciente ha evaluado uno de sus componentes para detallar las enfermedades que podríamos prevenir añadiendo aceite de oliva (a poder ser virgen extra) a nuestra dieta.
Aceite de oliva: el sello característico de la Dieta Mediterránea
Un grupo de investigadores de las universidades andaluzas de Sevilla y de Málaga realizaron una revisión del potencial antiinflamatorio que producía el ácido oleico del aceite de oliva. La razón principal de investigar este apartado es que un sistema inmunológico óptimo es la mejor medicina preventiva que existe.
Aunque el sistema inmunológico depende de factores genéticos, otros factores pueden verse modulados por el estilo de vida. Estos factores incluyen ejercicio físico, buen estado emocional, relaciones, meditación y buena nutrición, porque el sistema inmunológico está interconectado con el sistema nervioso y el sistema endocrino.
La Dieta Mediterránea es uno de los hábitos dietéticos reconocidos a nivel mundial por su potencial antiinflamatorio y antioxidante. Dicho potencial sirve para mejorar al máximo la protección del sistema inmunológico y con ello la prevención de enfermedades.
El aceite de oliva virgen extra (AOVE) es el nutriente más característico de esta dieta que abarca alimentos de todos los países del mediterráneo. Entre sus componentes se encuentra el ácido oleico que se asocia con el buen funcionamiento de una gran cantidad de funciones fisiológicas.
Enfermedades que ayuda a prevenir y tratar el aceite de oliva
El ácido oleico del AOVE ayuda a prevenir trastornos neurológicos como el Alzheimer o enfermedades mentales como la depresión. Este ácido graso realiza diferentes funciones celulares que son las que se encargan de que nuestro cerebro y las conexiones neurales funcionen de manera óptima.
La capacidad antioxidante del ácido oleico puede reducir también la tensión arterial por su potencial hipotensor atribuido a la mejora de la disfunción endotelial.
Otra propiedad beneficiosa es su efecto hipocolesterolémico. El ácido oleico disminuye la expresión de proteínas relacionadas con el transporte de colesterol, disminuye la absorción de colesterol y disminuye la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), previniendo la aterosclerosis (placas de las arterias).
El ácido oleico también se reconoce como una molécula anticancerígena, aunque la interacción entre nutrición e inmunología (inmunonutrición) es compleja para explicar las razones de esta propiedad.
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