Aunque para personas con sobrepeso hay actividades que pueden ser menos agresivas para las articulaciones y músculos, muchos eligen el running por ser la actividad más sencilla y en la que lo único que necesitamos son un par de zapatillas. Para correr no hace falta apuntarse a un gimnasio ni hacer grandes desembolsos en un principio, pero sí hay que tener en cuenta algunos consejos si tienes sobrepeso.
Lo primero es plantearte la sesión de carrera como algo tranquilo y divertido, no salgas “a darlo todo” o al segundo día se te quitarán las ganas de seguir corriendo. Ve apuntando los minutos o distancia que corres e intenta hacer un poco más cada semana. Si al principio te cuesta no te preocupes, es normal, puedes empezar por hacer tramos corriendo y alternarlos con tramos andando.
Al tener sobrepeso, tus articulaciones soportan un peso extra que se hace más extremo cuando al correr tus pies impactan contra el suelo. Aquí es importante escoger unas zapatillas adecuadas a nuestra pisada y nuestro peso: una amortiguación media-alta será lo mejor además de intentar no correr siempre por superficies duras como el asfalto. Prueba a correr por tierra, ya que al no ser una superficie tan agresiva tus rodillas y tobillos lo agradecerán.
Tampoco conviene hacer sesiones de carrera muy largas, sobre todo al principio. Mejor hacer cuatro sesiones semanales de media hora que solo dos sesiones de una hora. Poco a poco, como hemos dicho al inicio, iremos aumentando el tiempo y nuestro cuerpo se acostumbrará.
Las personas con peso extra rompen a sudar antes y en mayor cantidad, por tanto la hidratación aquí es primordial. Olvídate del mito de que sudar adelgaza, de que es mejor no beber para bajar de peso o de que usar ropa de abrigo te ayudará a adelgazar. Hidrátate antes, durante y después para evitar calambres o problemas prematuros de fatiga.
El sobrepeso puede provocar que se produzcan rozaduras con facilidad. Utiliza vaselina para las zonas más conflictivas: axilas e ingles. Los primeros días de carrera sabrás con facilidad donde echar la vaselina, ya que al acabar de correr esas zonas estarán más enrojecidas.
Por supuesto el calentamiento y vuelta a la calma serán fundamentales, tanto para iniciar la sesión de manera progresiva y sin peligro de sufrir lesiones como para acabar poco a poco sin brusquedad y evitar mareos.
Imagen | Pexels