La historia de Kayla Montgomery es de esas historias que no te deja indiferente. Una corredora que pese a ser diagnosticada de esclerosis múltiple ha luchado y entrenado duro para seguir adelante y convertirse en una atleta de alto rendimiento.
Lo peculiar de su historia es que justo al llegar a meta, se desploma y deja de sentir sus piernas, entre gritos de deseperación y dolor. Su entrenador tiene que esperar justo en meta para cogerla. A los pocos minutos, cuando sus piernas se enfrian, se recupera y puede volver a andar, pero imaginaos la sensación y el dolor.
Tal y como dice Kayla, es muy duro luchar y hacer deporte cuando es tu propio cuerpo el que se vuelve en tu contra. La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa, pero Kayla seguirá entrenando y dando lo mejor de sí misma. Sin duda, todo un ejemplo de superación.
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