Si entrenas con pesas de forma habitual es posible que algún susto te hayas dado al recibir tus analíticas de sangre con algunos valores alterados. Y es que, sí, resulta que el entrenamiento de fuerza o musculación puede alterar parámetros que habitualmente se miden en una analítica de sangre estándar.
En este artículo te explicamos qué parámetros son los que se alteran habitualmente en una analítica de sangre si entrenas con pesas de forma regular.
Estos son los parámetros que suelen verse alterados en una analítica de sangre
La CPK en las analíticas de sangre
En primer lugar, el parámetro que antes suele llamar la atención por un incremento en sus niveles es el de la CPK o creatina fosfoquinasa. Hay estudios en los que se observó cómo tras un entrenamiento de cuerpo completo los niveles de CPK se incrementaron hasta 5,5 veces a los dos días en personas entrenadas. En personas no entrenadas, en cambio, este incremento ya era medible al día siguiente. Tanto en los primeros como en los segundos, los niveles permanecieron más altos de lo normal hasta cuatro días después del entrenamiento.
Dicho de otra manera, si haces un entrenamiento en el gimnasio y antes de cuatro días te haces una analítica de sangre, es probable que se observe un incremento en CPK. Si con los datos en la mano el médico se alarma, dile que entrenas habitualmente en el gimnasio.
El alarmismo del médico por unos niveles altos de CPK puede estar justificado al pensar que pueda estar relacionado con un daño en el músculo cardiaco. Y, de hecho es cierto, hay relación entre personas que han sufrido o van a sufrir un infarto y niveles altos de CPK. No obstante, el parámetro que hay que cotejar en eso caso es la CPK-MB, es decir, una forma concreta de CPK que es exclusiva del músculo cardiaco. Si en la analítica no se desglosa este dato específico no se puede concluir que realmente haya riesgo para nuestro corazón.
Por otra parte, si el médico deseara quedarse tranquilo podría pedir un desglose de la CPK general donde se viera la variante cardiaca. Suponiendo que no tuvieras ningún problema cardiaco, lo que se observaría son niveles altos de la variante muscular, es decir, la CPK-MM.
Las enzimas hepáticas en las analíticas de sangre
Al igual que sucedía con la CPK, tras un entrenamiento intenso los niveles de las enzimas hepáticas se elevan, en concreto de dos de ellas, la AST y la ALT.
Estas enzimas pueden encontrarse no solo en el hígado sino también en el corazón, en el músculo y en los riñones. El caso es que sin cotejar los valores de unas y otras o sin compararlos con la CPK, no podemos deducir un riesgo de daño en un tejido concreto.
Dicho esto hay que mencionar una tercera enzima hepática que puede darnos pistas sobre lo que realmente está sucediendo en el cuerpo. Esta enzima es la GGT y sobre todo está presente en hígado, páncreas y riñones. De esta manera, si nos encontramos niveles altos de AST, ALT y CPK, casi seguro que lo único que esté pasando es que, efectivamente, hemos entrenado intensamente antes de hacernos la analítica.
Si viéramos valores altos en lo anterior y, además, en GGT, entonces sí que puede que tengamos que profundizar más porque valores altos de esta enzima no son buena señal.
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