Empezar en el gimnasio no es fácil pero si muy recomendable, ya que no solo mejora tu estado físico, sino que mejora tu estado emocional y tu metabolismo. Te hace sentir con más energía y con mucha más motivación con todo lo que te ocurre durante el día.
Pero hay veces que nos ponemos excusas y tenemos miedos regidos por un pensamiento erróneo que nos impide realizar la actividad física que necesita tu cuerpo para estar sano.
Estos miedos que tenemos todos en la cabeza la generamos nosotros, como todos los sentimientos y emociones. Es una situación nuestra, ya que estamos generando una situación que no tiene por qué ocurrir. Es un problema que a la larga puede derivar a una situación grave para la salud mental de las personas, por ello te mostramos los tres miedo y excusas más frecuentes para no ir al gimnasio.
El miedo del qué dirán de mi
Esa persona a lo mejor que tiene sobre peso o obesidad y no empieza por su concepto que tiene por su auto sabotaje del "qué dirán". A muchas personas cuando empiezan a entrenar, independientemente de su estado físico, les pasa, donde hay una resistencia muy grande a ir a entrenar o a ir al gimnasio, simplemente por el hecho que se sienten observados e incómodos.
Para evitar este tipo de miedo, sería recomendable que si te pasa te hagas una serie de preguntas: ¿Cuánto dependientes están ellos de ti y del resto de personas que están en el gimnasio? La respuesta es, nada, no están pendientes de nadie ni de ti, solo de ellos mismo.
Y, ¿realmente se fijan quien es novato y quien no? La respuesta es no, cada uno está haciendo sus ejercicios sin tener en cuenta que hace uno o que hace otro. Y si es el caso de que te observan es de una forma compasiva y que sientes esa empatía, ya que ellos estuvieron en la misma situación que tú.
Siente que el gimnasio no es su sitio
No deberías asociar cuánto vales como persona a cuánto das en la báscula, porqué hay muchas personas por ejemplo que se sienten confiadas si hoy pesan 80 kilogramos pero se sienten mal y se sienten que no son merecedoras si por ejemplo hoy pesan 83 kilogramos, y esto condiciona tu relación con el entorno.
Hay veces que las personas pueden sentir que el gimnasio no es su sitio o no les gusta pero no es excusa para no hacer ejercicio, porqué hoy en día existen muchas alternativas para poder realizar alguna actividad física.
No hace falta que entrene, ya estoy delgado o delgada
Hay personas que se notan sanas y se ven delgadas, y por eso deciden no entrenar, cosa que es un error pensar así. Pero hay que tener en cuenta que es muy complicado convencer a alguien que haga ejercicio, por lo que se debería apelar a su motivación.
Todos tenemos motivación para hacer alguna cosa de ejercicio, que nos haga sentir con energía, que nos haga sentir que estamos concentrados y, sobre todo nos gusta tener la sensación de tener un objetivo y cumplirlo.
Si eres una de estas personas que no cree que necesite entrenar queremos que sepas que entrenar no siempre significa que tu objetivo es estar bien físicamente, puede ser simplemente que lo hagas para poder tener un mejor estado de salud o para tener una distracción después de un largo día de trabajo. Busca el por qué te motiva estar activo y sentirte bien contigo mismo, y es allí donde hallarás las ganas de entrenar.
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